Hoy la reseña está
complicada. Vamos a hablar de dos leyendas del cómic y eso, señores, son
palabras mayores.
Por un lado tenemos a
Tarzán, uno de los personajes icónicos del noveno arte que, aunque originario
de la literatura y encumbrado por el cine, su peso en la historia del cómic es
igualmente significativo. Por el otro lado tenemos a uno de sus autores más
destacados, una leyenda del cómic que ha creado escuela y sigue siendo un
referente mundial en el campo de la historieta, Joe Kubert.
¿Por dónde empezamos?
Hagamos un poco de
historia.
Tarzán fue creado por el escritor Edgar Rice Burroughs y publicado
por primera vez en la revista pulp All Story Magazine, en octubre de 1912.
Burroughs, autor también del ciclo marciano de John Carter, creó al rey de la
selva actualizando el mito universal del héroe criado por animales. Con una visión
colonialista, propia de la época, sitúa a un personaje blanco en un entorno salvaje
como es la selva africana en la que no sólo se adapta perfectamente a un
hábitat que no es el suyo, sino que lo domina y reina sobre animales salvajes y
tribus aborígenes. Tarzán, sin embargo, no utiliza esa influencia en beneficio
propio o de potencias extranjeras sino que se convierte en defensor de la
Naturaleza y el estilo de vida salvaje, enfrentándose continuamente a
expediciones británicas o americanas llegadas para explotar los recursos de la
selva.
El ciclo literario del
Tarzán de Burroughs se completa con veinticuatro novelas cuyo éxito hace que
salte a otros medios, como el cinematográfico (con más de cien películas
dedicadas al personaje) y el cómic. En enero de 1929 comenzó a publicarse en
multitud de periódicos, una daily strip gestionada por el United Feature
Syndicate y dibujada por otro de los grandes maestros del cómic americano,
Harold Foster. Foster, con su estilo realista y limpio, adaptaría aquí la
primera novela de Burroughs, Tarzán de los Monos. Comenzando de éste modo una
relación entre el Rey de la Selva y el noveno arte que dura hasta nuestros
días. A Foster le siguieron multitud de dibujantes, destacando entre ellos
Burne Hogarth, cuyo trabajo en Tarzán se convertiría en canónico, dotando al
personajes y sus historias de un dinamismo poco visto en los tebeos de la época
y con una abigarrada composición de la página con influencias manieristas y
barrocas que le llevaron a ser apodado el Miguel Ángel del Cómic. Otro de los grandes
autores asociados a Tarzán es Russ Manning. Manning se acercó más al personaje
literario creado por Burroughs, adaptado fielmente muchas de las novelas de
Tarzán, con un estilo clásico y exquisito, liberándose de clichés estéticos
impuestos y desarrollándose más plenamente en las páginas dominicales.
Así llegamos a los años
70 y a Joe Kubert. Desde su más tierna infancia, Kubert siempre se declaró un
admirador del personaje y de la etapa dibujada por Harold Foster. Como indica
en la introducción de éste primer volumen que recopila su trabajo, esta etapa
fue fundamental en su desarrollo posterior como historietista, llegando a
plantear a DC Cómics, donde venía desarrollando su carrera profesional en las
colecciones de Sgto. Rock y Hawkman, la posibilidad de adquirir los derechos de
Tarzán para su posterior publicación en forma de cómic book.
Joe Kubert (1926-2012) llegó al
mundo del cómic a muy temprana edad. Con once años entró a trabajar como
aprendiz en una agencia de historietas. Su estilo clásico y con claras
referencias del propio Foster, Alex Raymond o Milton Caniff, pronto le hicieron
progresar en el medio. Trabajador incansable, desarrolló la mayor parte de su
carrera en DC Cómics, ocupándose de varias de las colecciones bélicas de la
editorial. Destaca significativamente su trabajo en las mencionadas series de
Sgto. Rock y Hawkman, así como El As Enemigo, Batman o Flash. Posteriormente
haría historias más personales como Fax from Sarajevo, donde cuenta la
angustiosa vida de Erwin Rustemagic, agente de historietas y amigo personal de
Kubert, que estuvo aislado con su familia en el sitio de Sarajevo, entre 1992 y
1994 durante la Guerra de Yugoslavia y cuya única comunicación con el exterior
era a través de un sencillo fax.
La aportación de Joe
Kubert a Tarzán se hace a través de una serie de 29 números que narra la historia
del personaje desde el principio. Ocupándose también de un spin-off, Korak, son
of Tarzan así como de otras series complementarias del universo de Burroughs
como Carson de Venus o el propio John Carter de Marte.
El primer volumen
publicado por Yermo Ediciones, recopila los números 207 a 214 de la colección
Tarzán, siguiendo la numeración original de los cómics clásicos del personaje
aunque, como ya se ha indicado, volviendo a los orígenes. Kubert realiza un
Tarzán más nervudo, fibroso y sobre todo, salvaje. Es un auténtico hombre de la
selva que se enfrenta a sus enemigos con toda la fuerza de su ser en viñetas
llenas de acción y dinamismo con luchas cuerpo a cuerpo donde destaca la
especial predisposición del autor para desarrollar la anatomía humana en todo
su esplendor.
Este tomo inicial se
verá continuado por sucesivos volúmenes hasta completar toda la etapa
desarrollada por el maestro en la serie. Una colección que no debería faltar en
cualquier buena tebeoteca que se precie de serlo.
1 comentario:
Excelente reseña la de Jesús, sobre un Maestro del Noveno Arte cuya obra siempre es buena idea revisitar. La composición de página y las escenas de acción no tienen secretos para Joe. Le rendimos homenaje en este blog cuando falleció (http://www.extrebeo.com/2012/08/nos-deja-un-maestro-joe-kubert.html )
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