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podcast de este programa
AQUÍ, entre el min. 6:42 y el 28:05 del programa
El sol sale por el oeste de Canal Extremadura radio.]
Este martes hemos hablado de DISTOPÍAS EN EL CÓMIC (el tema de las distopías se estudia en Filosofía de 1.º de bach., dentro del bloque dedicado a política y ética).
Probablemente hace unos años mucha gente no hubiera sabido muy bien qué es eso de una
distopía; podemos intuir que es algo opuesto a una utopía, sin embargo en los últimos años el término se ha usado con mucha frecuencia y probablemente muchxs tendremos en nuestra cabeza una idea al menos aproximada sobre de qué va la cosa, aunque puede que no muy clara precisamente porque quizá se ha abusado de la palabra, o simplemente porque se ha usado con matices diferentes.
Si tomamos como referencia las obras más conocidas de este género o subgénero, habría que explicar el concepto como "la descripción de una sociedad futura en la que se han desarrollado exageradamente algunos de los rasgos que son sobrevalorados en la civilización actual." (Filosofía 1.º bach., EDEBÉ, p. 220)... con resultados indeseables, claro. En algunas ocasiones se puede presentar la idea en escenarios más o menos
apocalípticos (zombis, cambio climático, invasiones alienígenas...) aunque son conceptos distintos. Y, por otro lado, no hay que confundirse: la distopía a veces se presenta de forma progresiva, más o menos sutil y deja de ser una posibilidad futura para hacerse presente, por ej. ¿la realidad destapada por
Edward Snowden en 2013 no nos dejaba claro que ya hemos llegado en gran medida a un escenario en el que todxs estamos vigilados como en 1984? ¿El uso de los smartphones y de sus aplicaciones, así como de las rrss, no supone la renuncia casi total a la privacidad? ¿No vivimos en una comodidad anestesiante que nos aleja hasta de los más graves y urgentes problemas a menudo?
“
Una dictadura perfecta tendría la apariencia de una democracia, pero sería básicamente una prisión sin muros en la que los presos ni siquiera soñarían con escapar. Sería esencialmente un sistema de esclavitud, en el que, gracias al consumo y al entretenimiento, los esclavos amarían su servidumbre”. Fragmento de la novela ‘Un mundo feliz’(1932)
La
ciencia-ficción, en muchas de sus obras coincidente con lo que algunos han llamado
género de anticipación social, nos ha ofrecido avisos certeros no solo sobre inventos que llegarían después, sino también sobre los peligros que nos acechaban en el futuro, y tanto en el
cine como en el
cómic encontramos adaptaciones de novelas y cuentos clásicos así como obras más o menos originales de esta temática. Si tuviéramos que elegir cuáles son las obras distópicas más influyentes nos quedaríamos, con toda probabilidad, con
Un mundo feliz de Aldous Huxley (1932),
1984 de George Orwell (1949) y
Fahrenheit 451 de Ray Bradbury (1953). Solo hay que ver la cantidad de obras que se han inspirado en esta tríada de relatos para ver su influencia -imposible de exagerar- en nuestra cultura literaria y audiovisual. Por lo que se refiere al cómic hay -que yo conozca- adaptaciones de las dos últimas. Recomendaría en concreto la reciente 1984, que es bastante fiel al original, a cargo del brasileño Fido Nesti (DeBolsillo, t. dura, 20,85 euros) y en la misma línea el Fahrenheit 451 de Tim Hamilton (RHGM, t. dura, 16,10 eu.). Ambas son correctas y reflejan con los recursos del cómic de forma satisfactoria los mensajes, ambientes y sensaciones que producen las novelas originales, aunque lógicamente la experiencia de lectura es distinta como distinto es el medio.
Sin embargo, donde claramente destacan los cómics cuando abordan historias distópicas es cuando generan sus propias historias, inspiradas a veces parcialmente en estos clásicos (ya decimos, es difícil no tratar algo de lo que en ellos ya se planteó). De esta categoría citaremos:
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V de vendetta, de Alan Moore y David Lloyd (ECC Ediciones, 24,65 e.). Es tanto una ucronía (propuesta de una realidad histórica alternativa, no necesariamente futura) como una distopía de aplicación a casi cualquier periodo histórico, pues nos avisa de peligros que siempre han estado y estarán presentes: la dictadura (o la ausencia de una verdadera democracia), la manipulación de la información, el peligro del conformismo de los ciudadanos, la utilización de una catástrofe (11-s, una pandemia, una guerra,...) para justificar los recortes de derechos y libertades, etc. Un terrorista revolucionario llamado V, inspirado parcialmente en el histórico Guy Fawkes y vengativo como el Conde de Montecristo, intenta animar al pueblo a alzarse contra el gobierno de un Reino Unido fascista que se impuso gracias a una guerra mundial que casi arrasó el mundo. Javier ha visto la película
V de vendetta, inspirada en este cómic, y nos dice qué le ha parecido.
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Logout, de Pier Brito y Sergi Puertas (Norma Ed., 19,95 e. y en Librarium). ¿Hasta dónde puede llegar la importancia que le damos a nuestras vidas virtuales? Hoy vemos cómo crecen las fake news y los bulos, la apatía y la negación frente a realidades tan tozudas e impactantes como, por ej., la actual pandemia y el cambio climático. En Logout van un poco hacia el futuro, no demasiado, para mostrarnos que llegará el momento en que sencillamente sea más atractiva la vida que tengamos dentro de la realidad virtual que la física y social, en vivo y en directo. El protagonista es un probador de videojuegos que se sumerge durante días en las pruebas de los productos de su empresa; dichas pruebas no están exentas de riesgo para la salud física y mental... María ha leído Logout y nos cuenta en el podcast de qué va y si le ha parecido interesante.
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La visión de Tom King y Gabriel H. Walta (Panini, 25,64 o 42,75 e.). Uno de los guionistas actuales más relevantes nos presentó con dibujante español la historia de cuando este vengador artificial intentó llevar una vida familiar normal siendo todos, padres e hijos, robots en un mundo de humanos. Tarea complicada y de difícil encaje legal, entre otros problemas.
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El Humano, de Lucas Varela y Diego Agrimbau (La Cúpula, 19,50 e.).
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Shangri-la de Mathieu Bablet (Dibbuks, 26,60 e.). La vida en la Tierra se ha vuelto imposible y lo que queda de la humanidad vive en una estación espacial bajo el control de un gobierno que manipula hábilmente a la sociedad. Sin embargo hay algunos rebeldes que no aceptan esta situación y tratan de sacar a otros del consumismo y de la comodidad de seguir la corriente imperante.
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Hombre, de Antonio Segura y José Ortiz (varias ediciones, aunque no muy disponibles).
Si a obras como las mencionadas sumamos las que presentan algún elemento fantástico, sobrenatural o poco científico -digámoslo así-, el abanico de opciones se amplía aún más y de esta manera podríamos citar ejemplos como...
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Superman: Hijo Rojo, Mark Millar y Dave Johnson (ECC, 9,45 y 18,95 e.). ¿Qué hubiera pasado si Superman hubiera caído en la URSS en lugar de Estados Unidos? Bueno, pues esto sería una ucronía, es decir, una historia alternativa, diferente a los que ocurrió.
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El Incal de Alejandro Jodorowsky y Moebius (Reservoir Books, 33,15 e.).
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Akira, de Katsuhiro Otomo (Norma Ed., 6 t.).
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Cielo alto, de Diego Agrimbau y Pietro (Grafito Editorial, 16 e.)
Etc.
Antonio Roguera (redacción exTreBeO)