El cómic europeo
siempre ha echado una vista al rico pasado histórico del que somos depositarios
para plantear y elaborar sus argumentos. Unas veces inspiradas directamente en
determinados hechos históricos y otras, las más, para que sirva de marco en el que
desarrollar nuevas aventuras y situaciones.
Gran parte de esos
tebeos denominados históricos, se engloban dentro de la Edad Media. Una época
oscura, llena de luchas intestinas, que marcarían el futuro devenir de la vieja
Europa y que tiene al fervor religioso y el control de la Iglesia sobre todos
los estamentos de la sociedad medieval como una de sus señas de identidad más
reconocibles.
El Tercer Testamento
cuenta con todos los ingredientes propios del género. Una enrevesada trama que gira
en torno a la búsqueda de un objeto religioso que oculta un secreto que podría
sacudir los cimientos de la Cristiandad, templarios, personajes atractivos,
acción, intriga y misterio. Una fórmula que ha generado indudables éxitos en
otras obras que siguen el mismo patrón, tanto en tebeos, como en novelas y películas.
El cómic comienza en el
Monasterio de Veynes, al sur de Francia, a inicios del siglo XIV. Donde se
oculta un relicario que contiene un documento manuscrito por el propio
Jesucristo y cuyo contenido pondría en entredicho las bases mismas de la
Iglesia. El asalto al monasterio por parte de una misteriosa facción ultra
religiosa da inicio a una historia repleta de personajes, lugares y situaciones
a las que, en muchos casos, cuesta seguir el ritmo narrativo.
Conrad de Marbourg es
un teólogo y antiguo inquisidor que ha permanecido escondido de la propia Iglesia
durante veinte años tras escapar de su propia ejecución. Junto a Elizabeth,
hija adoptiva del arzobispo de Notre Dame de París, Charles de Elsenor, de cuyo asesinato también es
acusado Conrad, emprenderán un viaje por toda Europa en busca de los
responsables del robo del misterioso pergamino que encierra la Palabra de Dios.
Un recorrido lleno de obstáculos que les llevará desde las campiñas de Francia
a la biblioteca de Toledo, pasando por las Highlands escocesas Con los
templarios y la Santa Inquisición pisándoles los talones.
La historia engancha
desde el principio y comparte muchos puntos en común con otras ilustres obras
que manejan los mismos argumentos, teniendo sobre todo muy presente, El Nombre
de la Rosa. El propio Conrad de Marbourg comparte rasgos con la versión fílmica
de Guillermo de Baskerville, Sean Connery.
Xavier Dorison
(W.E.S.T., Long John Silver) es el encargado de tejer una frenética historia,
llena de enrevesadas y a menudo confusas tramas que se solapan, sin saber muy
bien por dónde anda uno, pero a la que permaneces enganchado de un modo
hipnótico.
Sin embargo, el punto fuerte
y que causa la gran atracción hacia esta obra, es el trabajo gráfico de Alex
Alice (Siegfried), un auténtico artista que sabe retratar como nadie viñetas
repletas de grandiosas escenas paisajísticas, llenas de escabrosas cumbres,
frondosos bosques, verdes campos e imponentes ciudades, con especial detalle a
la riqueza arquitectónica de las mismas. Con una perfecta simbiosis entre
personajes, tramas y escenarios y que sabe llevar a través de una narrativa
gráfica de corte clásico incidiendo, cuando debe, en los momentos de acción, combates y
persecuciones.
El Tercer Testamento es
una obra que será merecedora de segundas y terceras relecturas, por lo
apasionante del relato que cuenta y porque seguro que algo nos habremos pasado
por alto, tanto de la trama como de los dibujos. Por eso existen las
bibliotecas, para volver a disfrutar de las historias una y otra vez.