miércoles, 28 de octubre de 2009

BIC especial bibliotecas escolares

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Crónica visual de las V jornadas de bibliotecas escolares

Fermín Solís dando una conferencia a los alumnos del IES Parque de Monfragüe de Plasencia.


La mesa de trabajo "Bibliotecas y cómic":


De izquierda a derecha, Jose Luís, Fermín (parcialmente oculto), Tomás y Miguel.

Próximamente, el catálogo que hemos editado para el evento en pdf.

jueves, 1 de octubre de 2009

Cómic. Guión o dibujo


Lo que creo que está claro para todos es que un cómic surge de la simbiosis entre el guión y el dibujo. Como decía el bueno de Will Eisner es un arte secuencial, esto es narrativo.
Si aceptamos eso debemos convenir que antes de la gallina está el huevo, esto es, que primero hace falta un guión o un argumento para empezar a dibujar. (Aunque haya gente que construye su historia según la va dibujando).

Un buen cómic, como una buena película o un buen libro, debe contar una buena historia. Si tenemos una historia floja contada con un dibujo excepcional, o peor, una serie de viñetas de alucinantes dibujos pero que no tienen hilado dramático, estaremos más cerca de un álbum de cromos o de ilustraciones, que de un cómic.
Voy más allá, creo que el dibujo debe estar supeditado a la historia, hasta el punto de que si la espectacularidad de los dibujos distraen de la historia tendremos un cómic fallido.

Una buena historia se soporta con dibujos malos y los ejemplos son múltiples.
Mirad al gran Osamu Tezuka. Cuando abrí Adolf por primera vez me tiraron para atrás aquellos dibujos que parecían una copia mala de Walt Disney, pero una vez metido en la narración no pude dejar de admirar su sentido del ritmo y la excelente composición de secuencias gráficas.
El MAUS de Spiegelman se llevó el Pulitzer por la historia, y el dibujo tiene la suficiente corrección y claridad para que la angustia y sordidez de los campos de exterminio llegue a lector, por lo que no estoy de acuerdo con Carlos Giménez (gran guionista y aceptable dibujante). O sea que una buena historia se puede contar con monigotes.
Un buen dibujo no aguanta una mala historia.
Un ejemplo, Blueberry. Los álbumes con guión de Charlier y dibujo de Giraud forman una de las obras maestras del cómic, por la magnífica combinación de guión y dibujo.
Muerto Charlier, Giraud empieza a escribir los guiones y la serie cae en picado, según mi gusto, con esa soporífera versión del Duelo a muerte en O.K. CORRAL.
Uno puede comprarse los álbumes dispuesto a recrearse con el genial dibujo de Giraud, pero su actitud será más la de un aficionado a la ilustración o a la pintura que la de un lector de cómics. Sólo un aficionado friki se compra cómics por el dibujo.

El gran público que desdeña los cómics lo hace porque las historias no le interesan, le aburren. Todo el éxito de ARRUGAS de Paco Roca se basa en su guión, absolutamente certero y acorde con los tiempos que corren, habla de cosas que interesan a la gente, realidades. Además su dibujo es excelente. Pero mirad como el álbum de Gallardo con dibujos que son auténticos monigotes también ha triunfado al tratar el tema del autismo.

Y yendo más allá me atrevo a decir que una de las causas (entre varias) de la “crisis” del cómic, esto es su ausencia de industria que permita vivir a los autores, es la falta de buenos guiones, mal crónico en España, donde hay excepcionales dibujantes y poquísimo guionistas de calidad.

El público no aficionado no compra cómics porque no cuentan buenas historias, no me cansaré de repetirlo.

Y termino remachando, el argumento y el guión son las piedras angulares del cómic, como arte narrativo que es.
Los excelentes dibujantes que no saben contar son excelentes ilustradores, pero no autores de comic.
Los excelentes guionistas que saben planificar, pero no dibujan la «O» con un canuto, pueden hacer excelentes comics pintando monigotes. Recordad al genial e insuperable IVÁ de El Jueves.