domingo, 29 de marzo de 2015

[Reseña] LAS CRÓNICAS DE EXCALIBUR. Primera Crónica. (Jean-Luc Istin / Alain Brion)

   Como ya hemos comentado en anteriores entradas dedicadas a tebeos venidos de nuestros vecinos del norte, la industria historietística franco belga ha tenido un especial interés en mostrar en sus títulos y series las historias y leyendas surgidas en Europa. Un patrimonio tan rico como el que posee nuestro continente no pude dejarse pasar así como así y ha sido continuamente explotada para situar en las diferentes épocas de nuestra historia común, series y relatos de toda índole, tanto de la fantasía más absoluta como en la vertiente mejor documentada y atenida a los hechos históricos. Unos con más y otros con menos fortuna o éxito de cara al público.


   Las Crónicas de Excalibur es una nueva revisión del mito artúrico. Una historia de sobra conocida a través de los siglos y ampliamente adaptada a todos los medios, incluido el noveno arte. Podéis consultar la estupenda entrada que nuestro colaborador Ramón García-Ontiveros dedicó a Arturo y sus Caballeros en su sección De la C a la C.

   El presente título que reseñamos hoy, utiliza todos los elementos tan reconocidos y universales para acercarse a la leyenda de un modo más realista, con menos fantasía y mostrándose como si fuese una crónica histórica que ha pasado a través de los siglos. Muy cercana en este planteamiento a las series de t.v. Camelot o Las Brumas de Avalon, aunque mostrando en éste primer volumen la historia de los padres de Arturo y sobre todo la de Morgana, Merlín y Excalibur, dejando la aparición del legendario rey para sucesivas entregas.

   El mago Merlín recibe de manos de la Dama del Lago la legendaria espada Excalibur, capaz de dar la victoria al guerrero que la esgrima. Merlín decide entregarla a Uther Pendragón, el líder de los britanos, con la condición de que la use para conseguir la unión de todos los pueblos de Bretaña... y sin darse cuenta pone en marcha una serie de acontecimientos que cambiarán para siempre la historia del mundo.

   Tiene especial importancia, al menos en este volumen, el papel de las mujeres en ela sociedad britana, sobre todo el trío formado por Viviana, Igraine y Morgana cuya relación de parentesco (son madre, hija y nieta) las une indiscutiblemente con Merlín y con la isla sagrada de Avalon, de donde Viviana es gobernante. El choque comienza con la llegada de una nueva religión a tierras británicas que planea acabar con los antiguos cultos paganos y con la amenaza que supone para su expansión las Damas de Avalon y sus ritos a los antiguos dioses. Esa nueva religión es el Cristianismo, y está represando por el Obispo Patricio, enviado de Roma para expandir la auténtica fe y acabar con las tradiciones druídicas.

   Las cartas están echadas y los bandos comienzan a formarse. En medio de todo este berenjenal, Merlín entrega a Uther Pendragón la espada Excalibur, forjada para construir, no destruir. Una espada que porta la voluntad de Avalon y que debe ser destinada para unir a todos los pueblos britanos.

   El guión de Jean Luc Istin nos introduce en este mundo en el que se están produciendo profundos cambios a través de unos personajes sobradamente conocidos y que narra el las consecuencias del choque cultural que se produce entre el cristianismo y el paganismo y el enfrentamiento que depara de ello. Con una estructura argumental muy definida y atada, nos va mostrando las relaciones entre los personajes y los enfrentamientos entre las distintas facciones con grandes y épicas escenas de batalla y conspiraciones.


   El arte de Alain Brion solo puede calificarse de soberbio y te atrae inmediatamente a la historia como uno de sus puntos más fuertes. La atmósfera que impregna en sus páginas recoge muy bien todos los elementos de la Bretaña medieval, como vestuario y fortificaciones, así como los asombrosos paisajes británicos y donde aún se puede observar la transición de la época de la invasión romana a la puramente medieval. Un auténtico ejercicio de estilo del ilustrador que nos regala en cada una de las 120 páginas de las que está compuesto el presente volumen.


   Las Crónicas de Excalibur es la historia de esta espada y de los reyes más famosos que la empuñaron, Uther Pendragón y Arturo. Un primer volumen que supone una nueva mirada al mito artúrico y que deja con ganas de más.


viernes, 27 de marzo de 2015

La Máquina del Tiempo #49 [webcómic]

   Llega un nuevo viernes con una nueva aventura del Viajero a Través del Tiempo. Sigue la adaptación gráfica de la novela de H.G. Wells en las habilidosas manos de lo más granado del cómic y la ilustración de Extremadura.

    Hoy nos acompaña uno de los ilustradores más prolíficos de nuestra región, el emeritense Javier Orabich, que nos aporta su arte y buen hacer en ésta magnífica entrega.

     Como siempre, disfrutad de la página a lo grande clickando en la misma para ampliar.

Página 49 por Javier Orabich

Todos los viernes una nueva entrega aquí,
en el blog de exTreBeO


jueves, 26 de marzo de 2015

De la C a la C (18). El Increíble Anecdotario

No os voy a engañar,  hoy tengo un poco de prisa. Así que no me puedo poner sesudo ni filosófico. Total, que he optado por lo fácil. Voy a contar unas cuantas anécdotas de nuestro personaje de piel verde favorito (con permiso de Píccolo, la Rana Gustavo y Mike Wazowski. Y Yoda. Y Shreck. ¿Qué os pasa con el verde, artistas?) Hulk fue uno de los primeros personajes de la era Marvel de los cómics, por lo tanto creado y guionizado por Stan Lee, y apareció en el número uno de su propia serie (No como Spiderman o Ironman, por ejemplo, que aparecieron en títulos genéricos) La idea original es una revisión del Dr. Jekyll y Mr. Hide y de las películas de Frankenstein, en las que el Monstruo solo pretende estar tranquilo y que le dejen solo pero nunca lo consigue. 

Y la primera anécdota, que casi todo buen fan del cómic conoce es que Hulk… ¡Al principio no era verde!


En el primer número Hulk era en algunos aspectos diferente al que todos conocemos: Tenía la inteligencia de un hombre adulto normal, se transformaba cuando llegaba la noche y tenía la piel de color gris, ya que Stan Lee quería que no se le pudiera relacionar con ninguna etnia. 

Pero no contó con la calidad del coloreado de la época y con que el gris era un color especialmente difícil de conseguir. Así que en el primer número original de Hulk vemos un color de piel distinto prácticamente en cada viñeta, del gris más claro al más oscuro y en una de las viñetas… Verde. Así que el bueno de Stan decidió que el verde sería el color oficial a partir del siguiente número. Durante muchos años las reimpresiones y los flashbacks al primer número se recolorearon en verde, hasta la década de los 80 en la que Hulk volvió al carácter original del primer número: Gris, inteligente, menos fuerte y con la transformación provocada por el paso del día a la noche y no por estados emocionales. 

Otra anécdota: Hulk fue el primer gran fracaso de Stan Lee (y de Marvel). La serie original de Hulk solo duró 6 números debido a sus bajos números de venta. De todas formas a Stan Lee le encantaba el personaje, así que siguió apareciendo como invitado en otras colecciones e incluso como cofundador de los Vengadores. Poco después en Marvel recibieron una carta de una fraternidad universitaria en las que les decían que habían convertido a Hulk en su mascota oficial. En Marvel se dieron cuenta de que ahí (en los universitarios) tenían un nicho de mercado (tened en cuenta que en esta época el cómic todavía se consideraba un medio dirigido a niños y como mucho adolescentes), así que un año 
y pico después Hulk reaparecería como serie regular aunque en este caso en un título genérico, “Tales to Astonish”

Más: Hulk fue el cuarto personaje de Timely (la editorial que después se llamó Marvel) en llamarse Hulk. Los primeros hulks fueron un robot gigante, una masa naranja y un bicho gigante, peludo, blanco y con poderes mentales conocido como Xemnu the Hulk en las historias de terror y ciencia ficción que se hacían por la época.


Más tarde Xemnu reaparecería en Marvel como Xemnu el Titán y se enfrentó en numerosas ocasiones con su una vez tocayo.

Cronológicamente hablando, la siguiente anécdota de Hulk es la aparición por primera vez de un personaje que es hoy en día uno de los iconos más importantes de Marvel (si no el que más). En la última página del número 180 de The Incredible Hulk, este se encuentra en Canadá peleando contra el Wéndigo, un malote caníbal de por allí por el norte. Los canadienses preocupados por la destrucción que los dos pueden provocar invocan al proyecto Weapon X, que aparece en la última viñeta. A lo mejor no le reconocéis con esa máscara peculiar que me trae el muchacho, pero seguro que las garras os dan una pista. Bueno, y el nombre

En el siguiente número Wolverine ya pelea contra los dos “monstruos”, aunque no se revela mucho sobre él. En un principio era un personaje secundario más destinado al ostracismo. Pero un año después lo recuperaron para el mítico Giant Size X-Men 1 y el resto es historia.

Ahora un par de anécdotas relacionadas con la serie de televisión: La serie de televisión el Increíble Hulk tuvo un éxito enorme y aumentó sensiblemente la popularidad y las ventas del cómic de Hulk. Tenía algunas diferencias importantes con el cómic (incluido el nombre del protagonista, Bruce banner en los cómics y David Banner en la serie) y Hulk, en vez de ser un dibujo animado muy bien hecho como en las películas actuales, era un culturista pintado de verde y con una peluca de pelo de Yak teñido. El culturista era, por supuesto, Lou Ferrigno. Y aquí viene mi anécdota favorita:Para Ferrigno los rodajes eran agridulces: Le encantaba Hulk desde que era un niño, pero las 3 horas de maquillaje y las lentillas de contacto le volvían loco. Tenía que quitarse las lentillas cada 15 minutos porque le hacían mucho daño. Rodando el piloto, cuando llevaban más de 12 horas de grabación ese día y estaban en mitad de una carretera de noche y lloviendo, se suponía que Hulk tenía que volcar un coche para tirarlo por un barranco. Y el cable que unía el coche a la grua que lo iba a volcar se rompió. No sabían cuántas horas iban a tardar en arreglarlo, así que podemos decir que el bueno de Lou tenía sobradamente hinchada la zona escrotal. Así que optó por la solución más rápida y fácil: Decir que le grabaran y volcar él el coche a pulso. A huevo. Qué tío, carajo!


Y la última que os cuento por hoy, que está relacionada con la serie: Hulka (She-hulk). She-Hulk, también conocida como Jennifer Walters, es la prima de Bruce Banner, que a punto de morir recibió una transfusión de sangre de su primito y desde entonces se convierte en una versión femenina de Hulk con un par de diferencias: Mantiene siempre la personalidad e inteligencia de Jennifer y está muy buena. Para ser un cómic y eso, digo. Ninguna novia se pondría celosa de un cómic. ¿Eh, mi amor? Sigo: Hulka fue el último personaje creado por Stan Lee para Marvel hasta su regreso a los guiones en 1992. Y el motivo de su creación fue más bien prosaico: La serie de televisión “El hombre de los seis millones de dólares” estaba teniendo un éxito espectacular, por lo que los creadores habían sacado una versión femenina de la misma, “la mujer biónica”. La serie del Increíble Hulk estaba teniendo un éxito espectacular, por lo que Marvel sumó 2+2 y decidieron adelantarse a la televisión para que esta no creara una versión femenina de uno de sus personajes sobre la que ellos no tendrían derechos. Así que aparece el número 1 de She-Hulk, en cuya portada podéis apreciar el paralelismo con el número 1 de su primo aparecido 18 años antes


Desde entonces, por supuesto, se ha ganado su sitio por mérito propio, ha pertenecido a los Vengadores, los Defensores (mi supergrupo Marvel favorito), los 4 Fantásticos (sustituyendo a la Cosa cuando se quedó de turismo en el planeta de las Secret Wars9, ha tenido una novela gráfica genial dibujada y escrita por John Byrne y un par de series regulares con una etapa del mismo Byrne totalmente desquiciada y genial. Por casa tengo el primer número de la etapa Byrne, con Hulka y el Pato Howard perdidos en el Salchichoverso.

En fin, sé que me dejo muchas en el tintero, pero creo que una de las cosas que he dejado claro hoy es que cuando un cómic existe desde hace más de 50 años se convierte en patrimonio cultural, que afecta creativamente a muchos más aspectos que la página impresa y que no hay que rendirse, que el primer fracaso de Marvel es hoy en día uno de los iconos del cómic más reconocidos que vende cientos de miles de sucios dineros en cómics, películas y merchandising. Nada más por ahora, nos vemos la semana que viene por estos pagos hablando de cualquier cosa y explorando el cómic de la C a la C. ¡Muchas gracias por leerme!

EXCELSIOR!

lunes, 23 de marzo de 2015

97 exTreBeO micropodcast: Jordi Bayarri


Volvemos a la carga con un programa especial al que invitamos a un autor de renombre: Jordi Bayarri (Alboraya, Valencia, 1972). Como dicen los amigos de Tebeosfera... "Prolífico creador de cómics de humor, acción y fantasía que se inició en el fanzinismo para luego convertirse en un activo editor pionero en la aplicación de las TIC al cómic y en creador de nuevos modelos de edición, defendiendo siempre el cómic de raigambre popular."
Muy conocido en el mundo del cómic español, por series Magia y acero Entre tinieblas, entre otras, y más recientemente por su colección dedicada a grandes científicos es, asimismo, uno de los mejores representantes de la autoedición en el mercado tebeístico nacionalSus vías de trabajo y promoción le llevan a mantener de forma muy activa sus cuentas en redes sociales y varios blogs, por ej. http://anillodesirio.blogspot.com.es/. Dentro de su sello Anillo de Sirio ha creado la línea Grapa!a la que pertenecen obras como Julián, la precuela de Cruz Negra (de nuestros amigos Gol y Pedro Camello).
Con respecto a la serie de grandes científicos, financiados para su impresión a través de crowfunding, lleva publicados cuatro álbumes en formato apaisado dedicados a Darwin, Galileo, Newton y Marie CurieY el próximo que abordará será uno dedicado a Ramón y Cajal. Cabe destacar aquí el enfoque infantil-juvenil que ofrece esta colección de biografías, que consigue ese difícil equilibrio que permite su uso y disfrute por lectores de diferentes edades, suscitando el interés por los personajes retratados sin caer en un exceso de información que lastraría la narración -sobre todo para lectores no iniciados en los temas en cuestión- y resultando entretenidos a diferencia de otras obras didácticas de similar temática. (por Antonio Roguera)
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domingo, 22 de marzo de 2015

[Reseña] BATMAN. LA BROMA ASESINA (Alan Moore / Brian Bolland)

    Lo bueno que tienen las redes sociales es que es una herramienta que convierte en viral, cualquier asunto, por importante o nimio que pudiera parecer. Ésta semana ha habido una amplia polémica por la portada alternativa de Batgirl #41, obra de Rafael Alburquerque, en la que Joker sostiene a una aterrorizada Batgirl al tiempo que le marcaba con sangre su característica sonrisa en la cara. Una portada terrorífica que fue inmediatamente retirada por DC a petición del propio Alburquerque vistas las amenazas surgidas en determinados colectivos por hacer vejación de la mujer y posible incitación al maltrato. Alburquerque no pretendía más que homenajear y hacer un guiño al clásico de los 80, La Broma Asesina.

    Así que, esta semana nos hacemos eco de esta noticia y aprovechamos la coyuntura para hablar de una de las obras más escalofriantes que ha dado el cómic de superhéroes y de Batman en particular.

Batman. La Broma Asesina es uno de los títulos fundamentales del Caballero Oscuro y que en los 80 supuso una renovación importante para el medio. Junto a Batman, Año Uno y El Regreso del Señor de la Noche, componen la triada que generó profundos cambios en el personaje y que inició la etapa más adulta del género superheroico (considerado cosa de niños hasta entonces) y que ya remató Watchmen como obra cumbre.

   Sobradamente conocida por todos los aficionados al noveno arte (es una de esas obras que no debe faltar en ninguna tebeoteca), La Broma Asesina supuso un revulsivo importante al tratar temas como la locura y la particular relación del Bien y el Mal. Un argumento complejo en su sencillez, que encierra múltiples facetas y que, a pesar de su corta longitud (son escasamente 46 páginas), es una historia densa que incluso ha sido ampliamente estudiada en diversos ámbitos como paradigma de la caída en la locura.

   El eje argumental en sí se centra principalmente en el Joker y muestra sus orígenes y como llegó a convertirse en el Príncipe Payaso del Crimen, centrándose así mismo en el Comisario Gordon y la integridad que éste representa en contraposición a la locura psicopática del Joker.

   La historia comienza con una visita de Batman al Asilo Arkham para debatir con el Joker sobre el futuro que le espera a ambos si sigue esta espiral de enfrentamientos continuos y que sólo puede llevarles a la muerte. En ese momento descubre que la persona con la que hablaba no es el auténtico Joker sino un señuelo que cubría su huida. El Joker ha puesto su vista en un viejo y destartalado parque de atracciones que remite a su pasado remoto donde era un comediante sin éxito, pusilánime y patético, con múltiples deudas y una mujer embarazada. Poco después hace una visita al apartamento del Comisario Gordon donde, en una de las escenas más escabrosas de la historia del cómic, dispara a su hija Bárbara a quemarropa, quedándola paralítica en el suelo y llevándose a un traumatizado James Gordon. Siguiendo con los flashback, el joven Joker se asocia con unos delincuentes para robar en una empresa de productos químicos y pagar así sus deudas y sacar a su mujer de la penuria. Al enterarse de la muerte de esta en un accidente doméstico decide dejar el robo pero es obligado por sus socios que lo usan como peón al ponerle una capucha roja que de notoriedad al robo. El plan no sale bien ya que el lugar estaba fuertemente vigilado y sus compinches caen en el tiroteo. El Joker, perdido tras la muerte de su esposa y medio cegado por la capucha roja, se enfrenta a Batman y cae a un depósito de productos químicos, de la que sale convertido en el Príncipe Payaso del Crimen y ya totalmente desquiciado.


   En el parque de atracciones, en el momento actual, Joker plantea al Comisario Gordon su plan de atraerle a la locura indicando que un mal día puede volver loco a cualquiera. Torturando a Gordon física y emocionalmente, le muestra fotos de su hija herida y desnuda para romperle psicológicamente. Batman sigue la pista del Joker hasta el parque. Tras liberar a Gordon, este, deshecho anímicamente le indica que detenga al criminal acorde a la ley ya que ésta es la victoria de la razón frente a la locura. El enfrentamiento final del Joker y Batman se muestran como las dos caras de la misma moneda y como ambos son diferentes respuestas del destino a una misma tragedia.

   La obra, como se puede ver, es densa en su planteamiento y en los diferentes enfoques que encierra. Tiene como eje central el clásico enfrentamiento entre el Bien (representado aquí por James Gordon, no por Batman) y el Mal (con un Joker pasado de vueltas). También muestra la caída en la locura del Joker, al perder a su esposa embarazada y  que, junto a la caída al depósito de residuos químicos, le convirtió en un ser desquiciado que se deja llevar por sus impulsos, perdiendo la razón y la cordura en el camino. Intenta demostrar que un mal día puede doblegar a cualquiera en la persona más íntegra de Gotham, el Comisario Gordon, mostrándole que un suceso traumático, como es ver como disparan y abusan de su hija, puede acabar con la psique del más pintado. Sin embargo Gordon no cae y mantiene, a pesar de todo el horror que le rodea y muestran, su integridad a salvo.


   El Joker, tras varias décadas desde su primera aparición, carecía de un pasado definido y aquí se nos muestra como un hombre fracasado, incapaz de sacar adelante a su familia y que se dejó llevar por la ilusión de ser comediante, dejando atrás un trabajo bien remunerado en la planta química y olvidando sus obligaciones maritales.

   La obra ha sido objeto de continuos y concienzudos análisis psicológicos que estudian no sólo la particular psique del Joker, sino así mismo del propio Batman. Ambos personajes, contrapuestos entre sí, guardan similitudes en su origen, el asesinato de los padres de Bruce Wayne y la muerte de la esposa del Joker, que sin embargo les lleva por caminos diferentes. Dos respuestas opuestas al dolor, la tragedia y la pérdida, que sin embargo no hacen sino preguntarnos si Batman no estará tan loco como el Joker pero con otro rumbo distinto.

   Es prácticamente imposible mostrar tanto en tan poco espacio y es así gracias a la particular visión empleada por Alan Moore, por mucho que ahora reniegue o no se encuentre totalmente satisfecho con ella. De Moore sobran las palabras y las semblanzas, es un personaje en sí mismo que nos ha regalado las mejores obras que ha dado el noveno arte. Watchmen, V for Vendetta, From Hell… y así seguiríamos, pues su bibliografía es Historia de los Cómics.

   Brian Bolland es igualmente una leyenda de la historieta que se inició en 2.000 A.D. con tebeos del Juez Dredd para luego regalarnos esa interpretación futurística de la leyenda artúrica que es Camelot 3.000. Bolland realiza aquí un trabajo que continúa el estilo narrativo empleado por Dave Gibbons en Watchmen, no obstante, el propio Alan Moore reconoció que La Broma Asesina fue escrita a posteriori de ésta por lo que guarda muchas similitudes tanto estética como narrativamente con su obra cumbre.


   La Broma Asesina ha sido objeto de numerosas reediciones tras su publicación inicial en 1988, la última de las cuales, con motivo de su 20 aniversario, fue revisada y recoloreada por el propio Bolland para mantener el espíritu con el que fue originalmente planteada.

   Batman, La Broma Asesina es una obra de arte en sí misma. Un viaje por lo más profundo de la psique humana y las distintas consecuencias que puede traer un día trágico en diferentes personas. Un relato estremecedor que no puede dejar indiferente a nadie. 


viernes, 20 de marzo de 2015

La Máquina del Tiempo #48 [webcómic]

Nuevo viernes, nueva entrega de La Máquina del Tiempo. El Viajero sigue la exploración del ignoto futuro de la Humanidad descubriendo nuevos misterios y peligros.

Hoy nos acompaña Helena Henneford, ilustradora madrileña de orígenes extremeños y que supone uno de los nuevos valores de la pintura y la ilustración.

Disfrutad de su arte ampliando la imagen con tan sólo un click.

Página 48 por Helenna Henneford

Todos los viernes una nueva entrega aquí,
en el blog de exTreBeO

jueves, 19 de marzo de 2015

De la C a la C (17) La redención del villano

¡Hola! Voy a decir desde el principio que todo lo que voy a decir a partir de aquí es mi (no tan) humilde opinión, así no tengo que decirlo continuamente después. Ahí va mi primera opinión polémica: Las series de dibujos animados japonesas (anime) son muchísimo mejores que las series americanas. 

Ahí va una exposición de motivos: Están casi siempre basadas en cómics (eso siempre es mejor. Todo lo basado en un cómic es mejor. Eso es asín), no tratan al público como si fuera tonto aunque sean para público infantil, cuentan historias largas y trabajadas en vez de ser capítulos autoconclusivos, tienen más acción y, aquí quería yo llegar, los villanos son mucho más interesantes. Más allá del típico villano “Voy a conquistar el mundo para conquistar el mundo y tener el poder absoluto y así conquistar el mundo” los antagonistas del manga (y por tanto del anim” suelen tener un trasfondo y son, no vamos a engañarnos, mucho más guays. Tan guays, de hecho, que suelen acabar como personajes secundarios que luchan del lado del protagonista. Y por estos motivos a una generación a la que nos daba ya bastante igual los Picapiedra o los Diminutos nos pusieron en la tele los Caballeros del Zodiaco y FLIPAMOS. Y a todos nos flipaba Ikki, Caballero del Fénix que empezó siendo un villano.

Y llegó Bola de Dragón y también flipamos

Y una de las cosas curiosas de Bola de Dragón es que prácticamente todos sus personajes principales empezaron como antagonistas de Goku: Yamcha, Ulon, Puar, Krilin, Ten Shin An y Chaozu, Píccolo, Vegeta…

 En todos  los manga que he leído hay por lo menos un antagonista que se pasa al lado del prota, o por lo menos no se me ocurre ninguno en el que no. Naruto, Bleach, One Piece, Dragon Quest…

En el cómic americano es una situación que se da bastante menos, pero también se da. En la llamada “edad de oro” de los cómics (1930-1950) no existía en absoluto, hasta que llegó un señor en 1965 y cambió todo. Un tal Stan Lee. Lo mismo os suena. En mayo de ese año Stan Lee hace uno de sus movimientos más arriesgados en una de las series más importantes de Marvel: Los Vengadores. Los primeros 15 números de los Vengadores que han salido anteriormente están protagonizados por el primer grupo de vengadores, es decir todos los grandes superhéroes que Stan Lee creara con Jack Kirby: Iron Man, el Hombre Hormiga y la Avispa, Thor y Hulk. Con un par de cambios: En el segundo número Hulk deja los Vengadores (tardaría muchísimos años en volver oficialmente), en el mismo número el Hombre Hormiga pasa a ser el Hombre Gigante y en el número 4 (uno de los más importantes de la historia del cómic americano moderno) Stan Lee recupera a su superhéroe favorito de todos los tiempos: 

El Capitán América. En todo caso, eran todos primeros espadas de la editorial. Y llega el número 16 y Stan se vuelve loco. Así que todos los miembros originales de los Vengadores dejan el grupo y solo se queda el Capitán América. Necesitan nuevos héroes para reemplazar a los que se van. ¿Y a quién escogen? A tres supervillanos: Ojo de Halcón, la Bruja Escarlata y Mercurio. 


Este arriesgado cambio de formación enfadó a muchos lectores los primeros días, pero fue ganándose su cariño en poco tiempo. Y supuso el origen de una larga tradición: Los villanos redimidos como miembros de los Vengadores. El Espadachín, el Hombre Maravilla, la Visión o la Viuda Negra empezaron como villanos.

Así que los villanos redimidos en Marvel siempre llegaban a los Vengadores (excepto los mutantes, que se iban a los X-Men como Pícara o Magneto) hasta que llegó…


El primer número de Thunderbolts fue un shock para los lectores. Se publicó en 1996 después del crossover “Onslought” que terminó con la mayor parte de los superhéroes Marvel dados por muertos. Y aparece Thunderbolts, que se publicita como un grupo de superhéroes como otro cualquiera. Muchos lectores leyeron el primer número, descubriendo a los nuevos personajes, cuando de repente, al llegar a la última página, descubren que en realidad estos nuevos superhéroes son un grupo de villanos conocidos como los Amos del Mal disfrazados (Sí, los amos del mal. En los 60 los nombres no eran muy sutiles, como la Hermandad de Mutantes Malvados puede asegurar). A lo largo de los siguientes  números algunos de estos villanos le fueron cogiendo el gusto a eso de hacer el bien, acaban echando a su líder (el Barón Zemo) y se convierten en héroes por derecho propio.  Desde entonces hasta hoy ha habido varias encarnaciones del grupo pero siempre con esa premisa de supervillanos haciendo el bien. Ha tenido varias etapas gloriosas, así que si nunca habéis leído Thunderbolts ya estáis tardando. A mí me gusta especialmente la penúltima, con Luke Cage a los mandos.

Así pues podemos decir que Marvel tiene una larga trayectoria de villanos redimidos (Echadle un ojo a la serie de Loki si aún no se lo habéis echado) pero, ¿Qué hay de la otra grande americana?

Yo diría que en DC este cambio es menos común, salvo honrosas excepciones como Catwoman, pero hay una serie tan buena que creo que compensa:


Los Secret Six han sido 3 grupos distintos de DC, siempre comandados por un personaje en la sombra llamado Mockingbird y siempre siendo, efectivamente, seis miembros. Las dos primeras versiones no tuvieron demasiado éxito. Pero en 2005 se cambió totalmente el concepto y los Secret Six fue recreado por el guionista Gail Simone esta vez formado por 6 supervillanos, tres ya existentes en el Universo DC (Catman, Deadshot y Cheshire) y tres creados para el evento. Este grupo sí ha tenido un gran éxito, series limitadas e incluso una serie regular. No me atrevo a asegurar que sean villanos redimidos (lo mismo pasa con algunas versiones de los Thunderbolts), pero desde luego sí son presentados en muchas ocasiones con actitudes heroicas. 

En fin, lo que quiero traer a colación es que los villanos de una historia deberían ser siempre por lo menos tan interesantes como el protagonista. De hecho yo prefiero decir “antagonista”. 

Porque los buenos personajes son profundos, y los personajes profundos nunca son unidimensionales (“Hago el mal porque el mal y hay que acabar con el bien”) De hecho, pelearé de forma agresiva con el que no reconozca que el mejor antagonista de Marvel es el Dr. Doom. Y los personajes interesantes atraen al público, así que es normal que los quieran ver en las actitudes normalmente interpretadas por los protagonistas. ¡Así que disfrutad de los “buenos” malos mientras podáis, que nunca se sabe cuándo le va a cambiar el chip!

Aquí nos veremos la semana que viene (si queréis) hablando de cualquier otro tema relacionado con el cómic. Hasta entonces ¡Muchas gracias por leerme!

EXCELSIOR!

domingo, 15 de marzo de 2015

[Reseña] EL LOBO DE MAR (Riff Reb´s)

    En los años 70, la Editorial Bruguera sacó diversas colecciones y series en las que adaptaban clásicos literarios de aventuras. El invento se dio en llamar Joyas Literarias Juveniles (aunque también tomó otras acepciones como Grandes Aventuras o Colección Historias Selección). Eran cuadernillos de 32 páginas donde se adaptaban a la historieta (debidamente condensadas al formato) libros de Jules Verne, Mark Twain, Emilio Salgari, Walter Scott, R. L. Stevenson o Jack London (del que hablaremos a continuación), entre muchos más. En estas adaptaciones trabajó un gran elenco de guionistas y dibujantes de Bruguera como Victor Mora, Vidal Sales, Miquel Cussó, Jesús Redondo, Luis Bermejo, Jesús Blasco o Joan Boix, con unas excelentes portadas realizadas en su inmensa mayoría por Antonio Bernal. Ésta colección pretendía acercar a los más jóvenes, los clásicos de la literatura universal a través del tebeo y se alargó hasta casi trescientos títulos que hacían las delicias de los prepúberes de la época al tiempo que cultivaba su cultura y conocimientos, aunque fuese “leyendo santos”.


  Sirva este pequeño inicio para homenajear a ese pequeño gran grupo de personas que hicieron volar la imaginación de toda una generación (entre la que me incluyo) a la aventura, la historia y los grandes autores de la literatura universal.

  El Lobo de Mar es otro acercamiento al clásico de Jack London, utilizando los recursos y técnicas actuales así como el formato tan universalmente aceptado y prestigiado de la novela gráfica. En esencia, no deja de ser lo mismo que hizo Bruguera y otros muchos antes, llevar los clásicos a un medio nuevo y buscando nuevos lectores (o los mismos de siempre, más bien).

  La novela narra las aventuras de Humprey Van Wayden, un prestigioso crítico literario, de educadas y finas formas, que tras un naufragio es rescatado en alta mar por Lobo Larsen, un peligroso y despiadado capitán, convirtiéndose en tripulante del navío El Fantasma, comandado por Larsen. Humprey deberá adaptarse a su nuevo entorno si quiere sobrevivir a bordo del barco más peligroso de los océanos.
  Resulta inevitable ver a lo largo de todo el relato la confrontación entre la civilización y la barbarie, una constante de los relatos de Jack London que ya pudimos disfrutar en otras obras suyas como La llamada de lo salvaje o Colmillo Blanco.

  El Lobo de Mar es mucho más que una historia de aventuras en la mar, con su clásica acepción de enfrentamiento con las fuerzas de la Naturaleza. Sí, hay tormentas imposibles, naufragios, peleas y todo lo que se espera de los clichés clásicos de aventuras marinas (no esperéis ver sirenas o monstruos marinos), pero por encima de todo ello está la eterna lucha del bien contra el mal. Lobo Larsen es la misma imagen de la crueldad humana, autoritario, enérgico e impasible, pero también es cultivado y astuto, lo que le hace más peligroso si cabe. Un hombre sin remordimientos ni ataduras morales que le pondrá en clara oposición con las posturas más civilizadas de Wayden. El hombre de sociedad moderno contra el hombre salvaje...

  Riff Reb´s (seudónimo del dibujante francés Dominique Duprez) realiza aquí un trabajo digno de alabanza, manteniendo todo el bagaje del texto original y ese enfrentamiento in crescendis de Wayden y Larsen a lo largo de todo el relato. Con una buena ejecución de momentos de tensión con otros más tranquilos de conversación entre ambos personajes.
  En el apartado gráfico es donde ya eclosiona la historia en obra maestra. Con un laborioso trabajo de caracterización, en especial con Lobo Larsen, al que dota de toda la maldad recogida en el original de London y que parece la encarnación del mismísimo Diablo. El trazo enérgico de Riff Reb´s y el laborioso y excelente uso de los claroscuros y las masas de negro dotan a toda la obra de una sensación tétrica y de auténtica pesadilla, acentuada además por una paleta y tonalidad de color distinta en cada capítulo en la que se encuentra dividida.
  El Lobo de Mar fue merecedor del Premio FNAC 2013 en Francia al mejor cómic del año y ha sido publicado en España por Spaceman Books, sello subsidiario de ECC Ediciones.

  Un relato crudo sobre la verdad del alma humana y la dualidad que tenemos cada individuo dentro de sí. Una obra de la que el propio Jack London estaría orgulloso.


viernes, 13 de marzo de 2015

La Máquina del Tiempo #47 [webcómic]

Llega, una semana más, un nuevo capítulo en el devenir del Viajero del Tiempo por las remotas edades futuras. Cada vez más obstáculos se interponen en su camino, y los siniestros morlocks no parecen facilitarle las cosas.

Hoy os dejamos con el arte de Ricardo Estecha, gran ilustrador e historietista cacereño, que recientemente ha sido premiado en el XXI Concurso Nacional de Cómic, Ciudad de Dos Hermanas (Sevilla). ¡Enhorabuena, compañero!

Y, como siempre, para disfrutar plenamente del arte de Ricardo, sólo tenéis que clicar en la imagen para ampliar.

Página 47. Por Ricardo Estecha

Todos los viernes una nueva entrega aquí,
en el blog de exTreBeO

jueves, 12 de marzo de 2015

De la C a la C (16) La Codorniz

A veces me gusta fingir que soy guionista, aunque en realidad lo único que soy es escritor de guiones. Esos guiones no se llevan a dibujo en un 95% de las veces, por eso decir que soy guionista me suena a sobrado. Por eso solo hay un campo en el que me encuentro realmente cómodo a la hora de escribir: El humor gráfico. Por un lado porque soy un consumidor ávido del humor gráfico. Por otro, porque he trabajado como humorista (ojo, que hablo de trabajar de lo de cobrar dinero y eso) Así que he decidido que hoy voy a dedicar mi sección a la primera revista moderna de humor gráfico que se publicó en España: La Codorniz, la revista más audaz para el lector más inteligente.


Pongámonos en situación: Es 1936 en España, empieza la Guerra Civil. Cada uno de los bandos saca una serie de publicaciones bélicas, revistas dedicadas a levantar la moral de las tropas propias y hacer burla del ejército enemigo. Una de ellas surge en el bando nacional en 1937, se llama Trinchera. Tres números más tarde cambia su nombre por La Ametralladora, ya que Trinchera también es el nombre de una publicación del otro bando. En noviembre de ese mismo año se produce un cambio fundamental en la dirección de la Ametralladora: Ponen como director a Miguel Mihura

Miguel Mihura era un escritor de la nueva ola, gran amigo de los renovadores del humor patrio como Jardiel Poncela, Ramón López de la Serna, Edgar Neville y Tono, pertenecientes a lo que se pasaría a llamar “La otra generación del 27” o “Generación del 27 del humor”. Desde su llegada como director a la revista el humor agresivo de la Ametralladora se va convirtiendo poco a poco en el humor más blanco, vanguardista y subrealista de estos autores, principalmente Mihura, Tono y Herreros. Cuando la Guerra Civil termina la revista desaparece y aparece su sucesora (en lo que respecta al humor, no a la ideología): La Codorniz 

El 8 de junio de 1941 aparece el primer número (con la portada de Tono que podéis ver más arriba). Mihura recupera el humor de antes de la guerra, aparecido en las revistas “Buen Humor” y “Gutierrez”. Es un humor blanco, sin intención de ser crítico, en el que la risa viene provocada por el absurdo y no por la parodia. El tipo de dibujo no se parece al humor gráfico anterior, usándose un dibujo más “simplista” o incluso “infantil” que prima el diálogo y la acción al preciosismo. En el caso de Tono se puede apreciar una enorme influencia de los estilos pictóricos de las vanguardias, como el cubismo o el dadaísmo. 

Mihura tenía una idea muy clara del tipo de revista que quería, de humor sin crítica, en sus propias palabras una especia de obra musical que se escucha para pasar el rato y nada más, por ello se negó a incluir a autores que no comulgaran con esta ideología. En 1944 Miguel Mihura decide dejar la revista para centrarse en el teatro (Cosa que me alegra, porque si no quizá no existiría la genial Tres Sombreros de Copa, entre otras), por lo que vendió la revista a una SA que puso de director al anterior redactor jefe, Álvaro Delaiglesia. Y aquí comienza la etapa dorada de la Codorniz (y su subtítulo: la revista más audaz para el lector más inteligente) Se incorporan nuevos dibujantes de la calidad de Chumy Chúmez, Mingote o Nácher y surgen varias de las secciones más famosas de la revista, como La Cárcel de Papel, ¿Está Vd. seguro? O Tiemble después de haber reído. El humor absurdo va quedando relegado ante un humor con cierta crítica política y social. Ah, otra incorporación es la del genial Gila, que años antes de sus añorados monólogos pegado a un teléfono ya destacaba como humorista gráfico que mezclaba el absurdo con una mala leche espectacular. A mí me encanta


Ante el aumento de la venta de ejemplares llega otra nueva oleada de autores, entre los que podemos destacar a Máximo, Kalikatres, Mena o Jose Luis Coll entre otros muchos.

La Codorniz tuvo un éxito tremendo hasta 1970, año en el que muere la mano en la sombra, el redactor jefe Fernando Perdiguero. Tras su muerte empieza la decadencia, que tardaría aún así 8 años en acabar con la revista. Uno de los motivos por los que los lectores le dieron la espalda a la revista fue, curiosamente, el fin de la censura. Esto llevó a la aparición de mucha competencia (a la que en algunos casos se fueron a trabajar los propios autores de la Codorniz) y a un exceso de propensión al “destape” que echó para atrás a los lectores más “intelectuales” de la revista

El 11 de diciembre de 1978 salió a la calle el último numero de la revista. En total se publicaron 1898 números por los que pasaron todos los humoristas gráficos que han tenido éxito en España (aparte de los antes nombrados nombres como Forges, el Perich o el Roto bajo el seudónimo Ops) Su influencia en los autores gráficos actuales y en revistas como el Jueves o Mongolia es brutal y la historia del humor gráfico y el humor en general en España no sería la misma sin su existencia.

En fin, espero haber contribuido un poquito a homenajear a este trocito de humor, historia y sabiduría que constituyó la Revista Decana del Humor. La semana que viene si os apetece seguiré por aquí dándole un repaso al mundo del cómic en todas sus formas, analizándolo de la C a la C. 

¡Gracias por leerme!

EXCELSIOR!

lunes, 9 de marzo de 2015

96 exTreBeO micropodcast: LOS COMBATES COTIDIANOS

Uno de los  cómics europeos más destacados de los últimos años: “Los combates cotidianos”, del historietista francés Manu Larcenet (Issy-Ies-Moulineaux, 1969).

Su título, tal vez, recuerde a los aficionados al cine el de “Gente corriente” (Robert Redford, 1980), y es que precisamente este cómic y la célebre película tienen en común eso: el hablar de personas normales, de sus vidas, de sus ilusiones y dudas, de sus alegrías y conflictos. El protagonista es Marco, un joven fotógrafo que ha necesitado dar un paso atrás para observar su vida desde otro prisma: ha marchado a vivir a una casita en medio del campo, alejándose un tanto de su familia; ha dejado su trabajo como corresponsal de guerra, en que con su cámara mostraba el horror y el absurdo en los rostros de los desamparados. Marco es un tipo normal. Podríamos ser cualquiera de nosotros. Es hijo y hermano. Es dueño de un gato indomable. Ha conocido a una chica con la que comienza una relación, aunque teme al compromiso. Es observador. Fuma como un descosido. Padece ataques de ansiedad y de pánico, por lo que visita a un psicoanalista. No sabe adónde va. Replantearse las cosas. Volver a empezar. Ese es el punto de partida.

Así, se nos va mostrando el devenir de la vida de los personajes que intervienen en la historia a través de los pequeños detalles, que son, a qué negarlo, los que van a marcar los giros en los acontecimientos de la vida: las miradas, los caminos y las carreteras, los encuentros inesperados, los conflictos individuales, generacionales y sociales, las dudas, los recuerdos de la infancia y las vivencias del presente, la enfermedad del padre, aquel buque que cruza el horizonte al anochecer…

La obra se desarrolla en cuatro volúmenes, publicados entre 2003 y 2008 (“Los combates cotidianos”, “Tantas pequeñas cosas”, “Lo que de verdad cuenta” y “Clavar clavos”), con un dibujo limpio, vivo y expresivo, y con un guión con gran sentido del ritmo, divertido, a la par que honesto y profundo. En España está publicado por Norma Editorial, en edición integral.


Su autor, Manu Larcenet, es un historietista que se dio a conocer con su colaboración en la saga “La Mazmorra”, de Lewis Trondheim y Joann Sfar, en que se encargó del dibujo de cuatro álbumes, si bien su espaldarazo en el circuito internacional tuvo lugar con la condecoración del primer volumen de “Los combates cotidianos” como Mejor Álbum en el Festival de Cómic de Angouleme en el año 2004. Entre sus obras destacan la saga dedicada a “Las rocambolescas aventuras de…”, en que introduce a personajes célebres en situaciones estrambóticas, desarrollando historias como “La línea de fuego” (sobre Vincent van Gogh en plena contienda bélica), o “Vida de perros” (con Sigmund Freud psicoanalizando y ayudando a un perro a encontrar su alma). Igualmente, muy interesantes son “El retorno a la tierra”, de corte humorístico (con guión de Jean-Yves Ferri), o “Casi…” (donde combina estilos gráficos para narrar un hecho dramático sufrido por él mismo durante el servicio militar). En los últimos años se ha dedicado a fondo a “Blast”, obra también en cuatro volúmenes, en que ahonda en la compleja psicología de su protagonista.
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domingo, 8 de marzo de 2015

[Reseña] INDIANA JONES Y LAS LLAVES DE ATLANTIS (Dan Barry / William Messner-Loebs)

    Durante toda su historia, el cine se ha nutrido de otras artes para desarrollarse y buscar argumentos interesantes. Desde la Biblia hasta el último best seller erótico festivo, los libros han sido una fuente inagotable del que las productoras y directores de cine se han nutrido en busca de inspiración o directamente adaptando muchos de sus títulos. El cómic no iba a ser menos y, desde el principio del cinematógrafo, se ha convertido en uno de los recursos más buscados por grandes y pequeños estudios para mostrar sus historias más destacadas.

   Y también ha existido el camino inverso, personajes e historias surgidos originalmente del celuloide que han tenido también su traslación a historias entre viñetas. 

  A principios de los años 90 del siglo XX, una emergente editorial de nombre Dark Horse decidió pagar los derechos de franquicias de varias sagas cinematográficas muy exitosas y en boga por entonces para llevarlas al cómic. Así empezó a publicar en miniseries autoconclusivas (un inteligente recurso que ataba a los lectores en historias finitas pero que creaba legión de seguidores), tebeos protagonizados por Aliens, Terminators y Predators en relatos que, unas veces más, otras menos, mantenían un nexo en común con las películas originales en que se basaban. El acuerdo estrella llegó de la mano de Lucasfilm, que vendió los derechos de su popular saga Star Wars para que los dibujantes y guionistas del Caballo Oscuro dieran forma y ampliaran el Universo Expandido de la saga galáctica, tras los pobres resultados creativos que había sufrido en su paso por Marvel.

   En el paquete también iba cierto arqueólogo americano de sombrero de fieltro, cazadora raída y látigo rápido.

   Indiana Jones nació originalmente como homenaje de George Lucas a los seriales clásicos de los años 30 y 40 y a los deseos de Steven Spielberg de dirigir una película de James Bond. En una soleada playa de Hawai, ambos amigos digerían el éxito de sus últimas producciones con vistas a nuevos proyectos y Lucas le habló a Spielberg que él tenía en barbecho un guión de un arqueólogo que corría mil aventuras por parajes exóticos y siempre rodeado de bellas mujeres, que podía pasar por el mismo 007 (el guiño vino en Indiana Jones y la Última Cruzada cuando resulta que el mismísimo James Bond -Sean Connery- resulta ser el padre de Indy). Un homenaje a las viejas películas de entretenimiento que podría inaugurar una nueva saga cinematográfica. No hay que decir que Spielberg se entusiasmó con la propuesta.

   De ahí, al éxito. En busca del Arca Perdida fue el inicio de una tetralogía fílmica, una serie de t.v. (Las aventuras del joven Indiana Jones) y un posible y futuro reboot. Pero también tuvo su salto a los cómics en Marvel, que se ocupó de adaptar las películas y mostrar nuevas historias en la que puso mucho empeño pero poca creatividad, lo mismo que le ocurrió con la colección de Star Wars.

Dark Horse recogió el testigo. Siguiendo su pauta de series limitadas, buscaba un argumento contundente que tuviera la espectacularidad de lo visto en pantalla grande y se acercó a cierto videojuego que LucasArt tenía en ese momento, para adaptar su argumento al cómic. El videojuego se titulaba Indiana Jones and the Fate of Atlantis, una aventura gráfica en la que Indy recorría mil aventuras en la búsqueda de la Atlántida.

   Para perfilar la primera aventura gráfica de Indiana Jones en la editorial, Dark Horse recurrió a un dibujante clásico, una leyenda del cómic que había desarrollado toda su carrera en las tiras de prensa con las series de Tarzán y, sobre todo, Flash Gordon (al que redefinió con una estética más cercana al sci-fi que a la fantasía), Dan Barry. A cargo del guión estaba William Messner-Loebs, solvente escritor que ayudaba a sintonizar las ideas del videojuego y las propias de Barry para mantener el estilo narrativo propio de las películas. Igualmente destacadas son las portadas realizadas por Dave Dorman, que no le van muy a la zaga de las del propio Drew Struzan.

   Indiana Jones y las Llaves de Atlantis nos muestra al Dr. Henry Jones Jr. enfrascado en sus quehaceres diarios como profesor universitario, cuando recibe la visita del misterioso Samuel Corn, que le muestra una llave con el fin de determinar su procedencia y que lleva a Jones a descubrir una serie de artefactos relacionados entre sí y que encierran un enigma histórico. Con la ayuda de la deliciosa Sophie Hapgood, antigua amante metida a clarividente y del siempre dispuesto Marcus Brody, con los nazis pisándole los talones, Indiana Jones inicia una carrera contrarreloj por diversas partes del mundo para encontrar el continente perdido de la Atlántida, donde también reside una fuente de energía y poder que rivalizaría con la atómica.

   En ésta miniserie de cuatro números (publicada en España por Norma Editorial en 1991 y posteriormente recogida en el Omnibus 1 de Indiana Jones, en 2009), Dan Barry, que contaba entonces 70 años, dio el salto de las tiras de prensa al comic book, en el que sabe moverse con especial fluidez, a pesar de las diferencias en ambos medios. Dan Barry juega con su estilo clásico para una aventura que mantiene la esencia propia de las películas así como su vertiginoso ritmo aventurero, sin desdeñar la historia que cuenta y con una excelente labor de documentación detrás (por fin Indy visita España sin que parezca que se está dando un paseo por México).
   Dan Barry era un dibujante de la escuela clásica, de trazo limpio y cuidado, con especial querencia por los claroscuros, pero sin la espectacularidad que tenían sus coetáneos más jóvenes en la época. Así, nos regala una de las mejores aventuras gráficas de Indiana Jones y de la que bien podía haber tomado nota George Lucas adaptándola al cine, en vez de dejarnos esa inmerecida continuación de la trilogía clásica que es Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal.

   Indiana Jones y las Llaves de Atlantis es un merecido homenaje desde el cómic al eterno arqueólogo y a un modo clásico de hacer historietas que ya no prolifera últimamente. Una amena lectura que se puede hacer al son de la banda sonora de John Williams.