Que el pulp está de
moda es algo a todas luces patente… o quizá es siempre ha estado presente,
aunque no fuésemos conscientes de su presencia. El término pulp en realidad
hace referencia al tipo de papel que se empleaba para imprimir determinadas
publicaciones (principalmente revistas de relatos y luego cómics) que iban
destinadas a un público masivo y por tanto debían ser realizadas abaratando costes,
imprimiendo en papel de pulpa (un desecho de la madera con el que se fabricaba
un papel amarillento, astroso y de muy mala calidad). Este término serviría
para denominar todo un género.
Estas revistas triunfaron durante la primera
mitad del siglo XX, con historias bélicas y de bandidos, y luego con relatos de
aventuras, policíacas y de ciencia ficción. El mercado estadounidense se inundó
de títulos de revistas pulp míticas; Argosy, Weird Tales, Amazing Fantasy o
Black Mask, de donde salieron personajes tan icónicos como La Sombra, Tarzán,
John Carter, Conan o Doc Savage. Con sus espectaculares portadas y su
contenido, enfocado principalmente a un público adulto, estas revistas fueron
también el origen del cómic de superhéroes y de aventuras seriadas tal y como
lo conocemos hoy.
The Black Beetle. Sin
salida, es el enésimo homenaje a éste género y esta época de desbordamiento
creativo de la cultura popular americana. Debe mucho de su estilo a dos grandes
creaciones del pulp como son The Spider y La Sombra (fuentes de la que también
bebió el siempre sempiterno Batman). Una historia que guarda el aspecto formal
del pulp más clásico, jugando con sus elementos diferenciadores y proporcionando
un argumento que se mueve en ese género negro tan fantástico que tiene como
protagonistas a los justicieros enmascarados.
Colt City, 1941. El jazz
y las victorias de Hitler en Europa dominan las ondas. Una nación al borde de
la guerra disfruta de la calma que precede a la tormenta. Los gansters lo
controlan todo mientras se llenan los bolsillos con chanchullos en clubs
nocturnos, contrabando de armas, prostitución y drogas. Policías corruptos engordan
gracias a los sobornos de la mafia. Espías nazis buscan artefactos arcanos en
suelo americano. Y un detective con ojos de insecto, conocido solamente como Black
Beetle, patrulla desde los tejados de la urbe. Equipado con una pistola de
rayos, dos armas de fuego y su ingenio, intenta mantener a salvo su ciudad.
La sinopsis incluida en
el volumen de Planeta DeAgostini (que recopila la limited series de Dark Horse), no deja lugar a dudas, es puro
pulp.
Francesco Francavilla
es un dibujante italiano conocido por sus trabajos en Batman: Espejo Oscuro o
las series de Capitán América y Ojo de Halcón, por alguno de los cuales ha
llegado a estar nominado a los Premios Eisner. En The Black Beetle. Sin salida,
nos aporta su primer trabajo en solitario tanto en el guión como los dibujos, presentándonos
una historia convencional que maneja muy bien los resortes del pulp más clásico.
Sin embargo, el punto fuerte de Francavilla viene en el apartado gráfico, en el
que el dibujante italiano muestra su talento para llenas las viñetas de tonos
sombríos jugando excepcionalmente bien con los claroscuros que necesita la historia
para sumergirnos en esa atmósfera misteriosa llena de personajes oscuros y
actos deleznables. Con una paleta de colores donde abundan las tonalidades
naranjas y rojas, Francavilla saca partido a su estilo minimalista y sencillo
aprovechando toda clase de recursos visuales para realizar una narrativa
perfecta.
The Black Beetle. Sin
salida, es un comic que juega con las convenciones del género de una manera
magistral y que aporta una historia entretenida que asegura segundas lecturas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario