¡Hola! Hoy voy a hablaros de un caso
muy especial. Es (fue) un dibujante de cómics y todos vuestros
padres (o vosotros si ya tenéis una edad) le conocen. Pero muy pocos
saben que fue dibujante de historietas. ¡Y qué dibujante, señora! Hasta algún premiete sin importancia ganó, como Mejor dibujante por la National Cartoonist Society de Nueva York (1947); Mejor dibujante en el Congreso Internacional de Cómics de Nueva York (1952); Mejor dibujante en la Convención Internacional del Cómic (1972)... Hablo de Emilio Freixas
Emilio Freixas nació en Barcelona en
1899. Yo todavía era muy joven y no me acuerdo bien. Desde
jovenzuelo sus padres le metieron a estudiar en el taller del pintor
Emilio Casals, donde aprendió dibujo clásico, proporciones,
perspectivas, etc. y posteriormente entró en el taller de
escenografía de Bulbena y Girbal, donde aprendió entre otras cosas
el lenguaje teatral (y por tanto cinematográfico) que posteriormente
utilizaría . Desde bien chico empezó a trabajar haciendo
ilustraciones para cuentos infantiles y revistas como El Hogar y
Lecturas.
Y ya en 1935 da sus primeros pasos en
lo aquí nos toca más de cerca: La historieta. Comienza en las
revistas Mickey y Pocholo llevando al cómic obras literarias, como
los Viajes de Gulliver o Dos años de vacaciones de Verne. En estas
primeras obras la narración se hace principalmente a través de
cuadros de texto puntuados por viñetas, lo que entorpece bastante el
ritmo desde mi punto de vista. Pero entonces llega la revista Chicos,
y aquí empieza su verdadera carrera como historietista. En un
principio continúa llevando al tebeo narraciones literarias narrada
en cuadro de texto, pero aquí ya comienza a utilizar unas
composiciones de página realmente rompedoras, con viñetas de formas
geométricas que quedan muy lejos del típico rectángulo, y a hacer
gala de la que sería una de sus señas de identidad: El dinamismo
Siempre le dio una importancia enorme
al dinamismo en el cómic, cosa poco sorprendente si tenemos en
cuenta que una de sus mayores influencias fue Alex Raymond, el autor
de Flash Gordon. Posteriormente ya pasó a dibujar un cómic más
“tradicional”, narrado a través de la viñeta y los bocadillos,
creando obras de acción, aventura y fantasía generalmente
guionizadas por J. Canellas Casals. Hicieron muchísimas cosas
juntos, pero hay una que quiero destacar especialmente porque me
encanta a muchos niveles: Es un cruce de cómic de superhéroes
(venga, el prota hasta vuela) y cómic de aventuras a los Indiana
Jones, el dibujo me parece una pasada y, lo más importante, ES UNA
PUTA LOCURA! Madre mía, lo he leído dos o tres veces y nunca me
entero de nada de lo que está pasando. Parece que intentan resumir
una temporada de Lost cada tres viñetas. Pero eso no quita que sea
una chulada, es profundamente hipnótico. Hablo del... ¡Murciélago
humano!
Ya en 1944 se ata los machos y decide
apostar por la autoedición, creando junto a su hijo Carlos Freixas
(otro excelente dibujante de cómics que trabajó sobre todo en
Argentina) y Ángel Puigmiquel la colección Mosquito, una revista en
formato vertical (la mayoría de las historietas de la época eran en
formato horizontal) que duró muy poquito, aunque lo suficiente para
que Freixas creara a su personaje más importante (y su favorito): El
Capitán Misterio
Con guión de Puigmiquel y muy
influenciado por Phantom (aquí el Hombre Enmascarado) en el concepto
y por Alex Raymond en el dibujo, aunque con un diseño único
(Capucha, torso al aire y pantalón bombacho de montar. Y queda
guay!) y siendo una obra totalmente original. Acompañado por el
gigante negro Pancho y el adolescente Balín ayuda a los pobres
colonos sobre todo ingleses a luchar contra los malvados indígenas.
¿Qué esperabais? ¡Era el año 1944! ¡Hace 15 años en España
todavía doblábamos al Carl de los Simpson (Colega de Lenny. Sabéis
de quién hablo) con acento cubano!
El caso es que es considerado de forma
unánime la obra maestra de Freixas y después del cierre de Mosquito
se siguió publicando en Chicos. Y es una gran obra, el dibujo es
magnífico
En 1950 dejó de dibujar cómics
habiendo dejado a sus espaldas un legado fantástico. Parece que lo
dejó por cuestiones económicas, y empezó a dedicar casi todo su
trabajo a la ilustración (tiene ilustraciones que son una auténtica
pasada) y a la pedagogía del dibujo. Y aquí retomo lo que decía al
principio.
Es muy probable que vuestro padre no
leyera historietas de Emilio Freixas. Es incluso más probable que
las leyera y no supiera que las dibujaba un tal Freixas, no somos
tantos los que leemos un cómic y miramos a ver cómo se llaman el
guionista y el dibujante. Pero es CASI SEGURO que en algún momento
tu padre aprendiera a dibujar con las láminas de Freixas.
Se utilizaban en el colegio para
aprender a dibujar o como forma de divertirse en casa. Formaban parte
del Método Freixas de dibujo, y básicamente eran unas ilustraciones
preciosas para copiar, en algunos casos con una versión abocetada al
lado para que vieras cómo empezar tu dibujo, que luego
perfeccionabas con sombreados, texturas y esas cosas que enseña
magistralmente Fran Iconos en sus cursos.
Aparte de estas láminas, que a día de
hoy se siguen utilizando y vendiendo, escribió una burrada de
manuales de dibujo para todos los niveles.
Nada más por ahora, si ya lo conocíais
seguro que os ha hecho ilusión volver a recordarlo. Y si no, estoy
encantado de haberos presentado a un genio del cómic e ilustrador
magnífico
Yo ya me retiro, nos vemos la semana
que viene para tratar algún tema relacionado con el cómic y seguir
abusando de los paréntesis. Hasta entonces... ¡Gracias por leerme!
EXCELSIOR!
1 comentario:
Excelente artículo, como siempre, Mon!
A seguir así.
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