Esta semana, en la sección mensual de recomendaciones de Ramón García-Ontiveros (Mon) y Pablo Calvo, nos proponemos reseñar un cómic muy interesante y original, especialmente en su planteamiento y estilo narrativo. Desvelemos el enigma: se trata de “Emigrantes” de Shaun Tan, autor australiano de orígenes asiáticos.
La obra, titulada originalmente “The Arrival” y traducida en algunas ediciones como “Allí donde van nuestros padres”, narra la historia de un emigrante, padre de familia, que se ve abocado a marchar de su país de origen, subyugado por la presencia de un sistema tiránico, hacia un nuevo mundo por conocer que les brinde a él y a los suyos la posibilidad de empezar una nueva vida en libertad. Y, claro está, nos narra el viaje, la llegada a la ciudad de acogida, la soledad del recién llegado, la extrañeza y el desconocimiento del idioma, de las costumbres, de la forma de vida en general allí, en la nueva tierra donde quiere asentarse…
¿Y dónde reside la originalidad del relato? En varios aspectos: los más destacados hacen referencia a la propia forma de narrar de Tan en esta obra: sólo utiliza imágenes, una tras otra, encadenadas con un extraordinario sentido del ritmo, sin una sola palabra en sus páginas; el dibujo, además, es hiperrealista, con gran nivel de detalle en todas sus viñetas, coloreadas con tonos ocres que, en muchas ocasiones, evocan en el lector la sensación de estar viendo un álbum de fotos antiguas de gran fuerza expresiva, que muestran el paso del tiempo en la vida de nuestro protagonista, sus sensaciones, sus anhelos y pesares.
Un segundo elemento que lo hace original es que esa emigración se produce entre dos territorios metafóricos surgidos de la imaginación del autor: en las calles de su ciudad de partida vemos como la población huye a refugiarse a sus casas cuando asoman por el cielo las sombras de colas de dragones; en el nuevo mundo todo es extraño: al llegar en barco después de un largo viaje donde sentimos la distancia en los colores del cielo, en la forma de las nubes, vemos cómo le hacen le examinan y clasifican, llenándole el traje de papelitos con caracteres indescifrables; ya con la documentación en regla se traslada en un pequeño habitáculo suspendido bajo un globo de color blanco puro, que le deja cerca en la zona donde va a residir, en una ciudad adornada con monumentales estatuas que representan figuras humanas o animales, donde todos sus habitantes están acompañados de alguna mascota propia de los mundos de fantasía (gatos con cola de dragón, perros con lengua y rabo de lagarto, aves voladoras que recuerdan a mariposas de papel…), donde cualquier objeto cotidiano tiene forma desconocida, sea un reloj, un plato o una taza, los utensilios de cocina o de trabajo, hasta los propios alimentos.
Y allí conoce a otros como él, llegados de mundos de pesadilla a esa nueva tierra en que poder aspirar a la libertad, a reunir a la familia, a tener una segunda oportunidad en la vida.
En cuanto a Shaun Tan (Perth, Australia -1974) comenzó su andadura como ilustrador de relatos infantiles de corte fantástico, como “Los conejos” (con textos de John Marsden, publicado en 1998), “La cosa perdida” (ya con guión propio, en 1999), o “El árbol rojo” (2001). Será “Emigrantes” (2006) la obra que le consagre como autor, novela ilustrada de 116 páginas a la que dedicó cuatro años de trabajo, que ha sido objeto de numerosas publicaciones en Europa, América y Asia. En España está publicado por “Barbara Fiore Editora”, en una cuidada edición en tapa dura, al precio de 24€.
Entre los premios que ha recibido Tan a lo largo de su carrera destaca el Memorial Astrid Lindgren en 2011, año en que también fue galardonado con el Óscar al mejor cortometraje animado por la adaptación de su obra “La cosa perdida”.
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