Como ya hemos comentado en anteriores entradas dedicadas a tebeos venidos de nuestros vecinos del norte, la industria historietística franco belga ha tenido un especial interés en mostrar en sus títulos y series las historias y leyendas surgidas en Europa. Un patrimonio tan rico como el que posee nuestro continente no pude dejarse pasar así como así y ha sido continuamente explotada para situar en las diferentes épocas de nuestra historia común, series y relatos de toda índole, tanto de la fantasía más absoluta como en la vertiente mejor documentada y atenida a los hechos históricos. Unos con más y otros con menos fortuna o éxito de cara al público.
Las Crónicas de Excalibur es una nueva revisión del mito artúrico. Una historia de sobra conocida a través de los siglos y ampliamente adaptada a todos los medios, incluido el noveno arte. Podéis consultar la estupenda entrada que nuestro colaborador Ramón García-Ontiveros dedicó a Arturo y sus Caballeros en su sección De la C a la C.
El presente título que reseñamos hoy, utiliza todos los elementos tan reconocidos y universales para acercarse a la leyenda de un modo más realista, con menos fantasía y mostrándose como si fuese una crónica histórica que ha pasado a través de los siglos. Muy cercana en este planteamiento a las series de t.v. Camelot o Las Brumas de Avalon, aunque mostrando en éste primer volumen la historia de los padres de Arturo y sobre todo la de Morgana, Merlín y Excalibur, dejando la aparición del legendario rey para sucesivas entregas.
El mago Merlín recibe de manos de la Dama del Lago la legendaria espada Excalibur, capaz de dar la victoria al guerrero que la esgrima. Merlín decide entregarla a Uther Pendragón, el líder de los britanos, con la condición de que la use para conseguir la unión de todos los pueblos de Bretaña... y sin darse cuenta pone en marcha una serie de acontecimientos que cambiarán para siempre la historia del mundo.
Tiene especial importancia, al menos en este volumen, el papel de las mujeres en ela sociedad britana, sobre todo el trío formado por Viviana, Igraine y Morgana cuya relación de parentesco (son madre, hija y nieta) las une indiscutiblemente con Merlín y con la isla sagrada de Avalon, de donde Viviana es gobernante. El choque comienza con la llegada de una nueva religión a tierras británicas que planea acabar con los antiguos cultos paganos y con la amenaza que supone para su expansión las Damas de Avalon y sus ritos a los antiguos dioses. Esa nueva religión es el Cristianismo, y está represando por el Obispo Patricio, enviado de Roma para expandir la auténtica fe y acabar con las tradiciones druídicas.
Las cartas están echadas y los bandos comienzan a formarse. En medio de todo este berenjenal, Merlín entrega a Uther Pendragón la espada Excalibur, forjada para construir, no destruir. Una espada que porta la voluntad de Avalon y que debe ser destinada para unir a todos los pueblos britanos.
El guión de Jean Luc Istin nos introduce en este mundo en el que se están produciendo profundos cambios a través de unos personajes sobradamente conocidos y que narra el las consecuencias del choque cultural que se produce entre el cristianismo y el paganismo y el enfrentamiento que depara de ello. Con una estructura argumental muy definida y atada, nos va mostrando las relaciones entre los personajes y los enfrentamientos entre las distintas facciones con grandes y épicas escenas de batalla y conspiraciones.
El arte de Alain Brion solo puede calificarse de soberbio y te atrae inmediatamente a la historia como uno de sus puntos más fuertes. La atmósfera que impregna en sus páginas recoge muy bien todos los elementos de la Bretaña medieval, como vestuario y fortificaciones, así como los asombrosos paisajes británicos y donde aún se puede observar la transición de la época de la invasión romana a la puramente medieval. Un auténtico ejercicio de estilo del ilustrador que nos regala en cada una de las 120 páginas de las que está compuesto el presente volumen.
Las Crónicas de Excalibur es la historia de esta espada y de los reyes más famosos que la empuñaron, Uther Pendragón y Arturo. Un primer volumen que supone una nueva mirada al mito artúrico y que deja con ganas de más.
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