domingo, 23 de febrero de 2014

[Reseña] EL TERCER TESTAMENTO (Xavier Dorison / Alex Alice)

El cómic europeo siempre ha echado una vista al rico pasado histórico del que somos depositarios para plantear y elaborar sus argumentos. Unas veces inspiradas directamente en determinados hechos históricos y otras,  las más, para que sirva de marco en el que desarrollar nuevas aventuras y situaciones.
Gran parte de esos tebeos denominados históricos, se engloban dentro de la Edad Media. Una época oscura, llena de luchas intestinas, que marcarían el futuro devenir de la vieja Europa y que tiene al fervor religioso y el control de la Iglesia sobre todos los estamentos de la sociedad medieval  como una de sus señas de identidad más reconocibles.

El Tercer Testamento cuenta con todos los ingredientes propios del género. Una enrevesada trama que gira en torno a la búsqueda de un objeto religioso que oculta un secreto que podría sacudir los cimientos de la Cristiandad, templarios, personajes atractivos, acción, intriga y misterio. Una fórmula que ha generado indudables éxitos en otras obras que siguen el mismo patrón, tanto en tebeos, como en novelas y películas.

El cómic comienza en el Monasterio de Veynes, al sur de Francia, a inicios del siglo XIV. Donde se oculta un relicario que contiene un documento manuscrito por el propio Jesucristo y cuyo contenido pondría en entredicho las bases mismas de la Iglesia. El asalto al monasterio por parte de una misteriosa facción ultra religiosa da inicio a una historia repleta de personajes, lugares y situaciones a las que, en muchos casos, cuesta seguir el ritmo narrativo.

Conrad de Marbourg es un teólogo y antiguo inquisidor que ha permanecido escondido de la propia Iglesia durante veinte años tras escapar de su propia ejecución. Junto a Elizabeth, hija adoptiva del arzobispo de Notre Dame de París, Charles de Elsenor, de cuyo asesinato también es acusado Conrad, emprenderán un viaje por toda Europa en busca de los responsables del robo del misterioso pergamino que encierra la Palabra de Dios. Un recorrido lleno de obstáculos que les llevará desde las campiñas de Francia a la biblioteca de Toledo, pasando por las Highlands escocesas Con los templarios y la Santa Inquisición pisándoles los talones.

La historia engancha desde el principio y comparte muchos puntos en común con otras ilustres obras que manejan los mismos argumentos, teniendo sobre todo muy presente, El Nombre de la Rosa. El propio Conrad de Marbourg comparte rasgos con la versión fílmica de Guillermo de Baskerville, Sean Connery.

Xavier Dorison (W.E.S.T., Long John Silver) es el encargado de tejer una frenética historia, llena de enrevesadas y a menudo confusas tramas que se solapan, sin saber muy bien por dónde anda uno, pero a la que permaneces enganchado de un modo hipnótico.

Sin embargo, el punto fuerte y que causa la gran atracción hacia esta obra, es el trabajo gráfico de Alex Alice (Siegfried), un auténtico artista que sabe retratar como nadie viñetas repletas de grandiosas escenas paisajísticas, llenas de escabrosas cumbres, frondosos bosques, verdes campos e imponentes ciudades, con especial detalle a la riqueza arquitectónica de las mismas. Con una perfecta simbiosis entre personajes, tramas y escenarios y que sabe llevar a través de una narrativa gráfica de corte clásico incidiendo, cuando debe, en los momentos de acción, combates y persecuciones.
El Tercer Testamento es una obra que será merecedora de segundas y terceras relecturas, por lo apasionante del relato que cuenta y porque seguro que algo nos habremos pasado por alto, tanto de la trama como de los dibujos. Por eso existen las bibliotecas, para volver a disfrutar de las historias una y otra vez.



1 comentario:

Ángel García Nieto (Artbytito) dijo...

Aún no habiendo acabado de leer la obra, efectivamente promete, y mucho. En el apartado gráfico, es indiscutible el talento de su dibujante. Una verdadera delicia y trabajos titánicos en cada una de sus páginas (desde luego en unas más que otras, con catedrales y cosas así).
Un consejo: leedlo en formato "grande" pues el integral en formato comic book quita mucha preciosidad y grandiosidad al dibujo y por tanto a la historia.