Vamos a explorar la capacidad del cómic para adentrarse en cualquier tema, esta vez hablamos del erotismo y la pornografía. Para ello vamos a hablar de la obra de Alan Moore y Melinda Gebbie: Lost Girls (Norma Editorial, 60 €).
Se trata de una serie de 3 libros donde se rescata a 3 personajes de la literatura universal: Wendy de la obra teatral y posterior cuento infantil Peter Pan y Wendy (James M. Barry, 1904), Dorothy de El maravilloso mago de Oz (Lyman Frank Baum, 1900) y Alicia de Alicia en el país de las Maravillas (Lewis Carrol, 1865) pero todas ellas esta vez se encuentran ya “crecidas”.
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El encuentro entre ellas genera un vínculo y complicidad tan fuerte que da lugar a que se cuenten intimidades que mantenían en secreto. Intimidades que, al tiempo que son desveladas, las van liberando no sólo del pasado sino también en sus relaciones afectivas y sexuales del presente.
Iniciadas por Alicia, las tres protagonistas experimentan un redescubrimiento de ellas mismas, una nueva madurez que les lleva a dejar de ser las “niñas perdidas” que eran.
Hablar de este trabajo nos invita de nuevo a tomar la lectura de cómics como un vehículo para mantener una mente abierta, en este caso en lo que se refiere a la sexualidad, hablaremos de los conceptos de erotismo y pornografía, de lo relativo de los mismos y de lo mal considerado que está uno frente a otro. Todo ello derivado de que, a pesar de que nos encontramos en una sociedad cada vez más sexualizada, donde el sexo comercialmente se explota al máximo, aún la sexualidad no se trata con total naturalidad.
De nuevo el cómic ha sido reflejo de una evolución a lo largo de los tiempos mostrando los cambios desde las Dime Novels del s. XIX hasta El Click de Milo Manara a autoras como Giovana Casotto pasando por Vampirella, el cómic underground o las novelas gays.
Queremos resaltar la labor en equipo tanto de Moore como de Melinda Gebbie (dibujante menos conocida pero con amplia experiencia en reivindicación de la sexualidad femenina) en esta recomendable obra del género. Destacar su delicadeza a la hora de tratar estos personajes; el derroche de imaginación; los personajes, situaciones y escenas que tienen en cuenta el gusto sexual femenino; la ambientación estética (modernismo) y la técnica (dibujo a pastel) que se aleja de otros cómics al uso y lo relaciona más con un cuento inocente…
Iniciadas por Alicia, las tres protagonistas experimentan un redescubrimiento de ellas mismas, una nueva madurez que les lleva a dejar de ser las “niñas perdidas” que eran.
Hablar de este trabajo nos invita de nuevo a tomar la lectura de cómics como un vehículo para mantener una mente abierta, en este caso en lo que se refiere a la sexualidad, hablaremos de los conceptos de erotismo y pornografía, de lo relativo de los mismos y de lo mal considerado que está uno frente a otro. Todo ello derivado de que, a pesar de que nos encontramos en una sociedad cada vez más sexualizada, donde el sexo comercialmente se explota al máximo, aún la sexualidad no se trata con total naturalidad.
De nuevo el cómic ha sido reflejo de una evolución a lo largo de los tiempos mostrando los cambios desde las Dime Novels del s. XIX hasta El Click de Milo Manara a autoras como Giovana Casotto pasando por Vampirella, el cómic underground o las novelas gays.
Queremos resaltar la labor en equipo tanto de Moore como de Melinda Gebbie (dibujante menos conocida pero con amplia experiencia en reivindicación de la sexualidad femenina) en esta recomendable obra del género. Destacar su delicadeza a la hora de tratar estos personajes; el derroche de imaginación; los personajes, situaciones y escenas que tienen en cuenta el gusto sexual femenino; la ambientación estética (modernismo) y la técnica (dibujo a pastel) que se aleja de otros cómics al uso y lo relaciona más con un cuento inocente…
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