viernes, 29 de junio de 2018

221 exTreBeO micropodcast: LA LEVEDAD

Hoy toca hablar de un tebeo de esos serios. Bueno, serio para la mayoría de la gente, quizá no tanto para algunos de sus (tristemente) protagonistas, que son gente de humor peculiar...

Imaginemos que somos una chica, pongamos que de 35 años, que ha pasado una mala noche; acaba de romper con su amante, un hombre casado que no quiere renunciar a su familia. Debido al sofocón no pone (o no le suena, o no lo oye) su despertador por la mañana, lo que provoca que llegue tarde a una importante reunión donde organizan el trabajo semanal de su oficina. Cuando llega hay gente en la calle que le dice que no entre, incluso le gritan con urgencia que se refugie donde pueda. A sus compañeros los han tomado como rehenes y desde donde está escondida escucha las ráfagas de disparos que efectúan los secuestradores. La historia es real, es la de una chica que se llama Catherine Meurisse, llevaba 10 años trabajando en París para la revista de humor satírico Charlie Hebdo y es el 7 de enero de 2015.

Nadie necesita más información sobre aquel acontecimiento. Somos conscientes de lo impactante y mediático que resultó. Luego vinieron los atentados de noviembre también en París, con muchas más víctimas, más indiscriminados, pero el simbolismo que encerraba la matanza de Charlie Hebdo es difícil de superar. Es del tipo de acontecimientos que estará en los libros de historia, muy significativos y de los que marcan un punto de inflexión en la conciencia y la política internacional (o deberían...). Pero lo que no suele ser objeto de atención es cómo sobreviven y qué pasa con aquellas personas que no murieron pero quedaron marcadas para siempre por este tipo de sucesos. Pues bien, de esto va La levedad (ed. Impedimenta, colecc. El chico amarillo, tapa dura, 136 p., 24,95 e.).

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La levedad es como el resumen de un diario, la crónica clínica y existencial de una persona bloqueada personal y profesionalmente que busca (re)encontrar un camino para su vida tras un acontecimiento que se la ha desbaratado. La propia realización de este cómic fue parte del exorcismo y del proceso de recreación de su vida (no de reconstrucción, pues ya nada volverá a ser igual). Si bien es una obra que narra una experiencia puramente individual, la situación adquiere valor universal por cuanto representa de forma clara aquel momento en el que se pueden encontrar muchas personas marcadas por un trauma inesperado y que modifica sus vidas de forma irreversible. Para el occidental de un país rico, y siendo el caso de un trauma que no afecta a la salud física, la cuestión se centra en qué hacer cuando tu trabajo y tu modo de vida han de cambiar a la fuerza y has de encontrar una nueva motivación para vivir y un nuevo objetivo en la vida. En el caso de Catherine Meurisse parece que la respuesta está en el disfrute del arte y la belleza, junto con la búsqueda de refugio en el apoyo de amigos y familiares. Una búsqueda de algo que se parezca al síndrome de Stendhal, que sirva de antídoto y somnífero contra el horror, ese contrario absoluto a la belleza que es la violencia terrorista.


"Tenemos el arte para no morir de la verdad." Nietzsche

"El arte es el domingo de la vida." Hegel


Es curioso el caso concreto pues la revista Charlie Hebdo es conocida por una línea editorial que lleva el humor hasta límites que para muchos resultan a veces difíciles de entender (no digamos de compartir), usando a veces para ello sucesos que a pocos sugieren comicidad (como los terremotos de Italia en el 2016). Sin embargo, y eso queda claro en esta obra, este enfoque humorístico, a veces extremo, no prepara a los supervivientes para encajar mazazos como el ataque terrorista que sufrieron estos dibujantes satíricos, convertidos en aquel momento en héroes de la libertad de expresión (esa misma que sufre ataques a diario en nuestra sociedad en nombre de lo políticamente correcto). Hay una frase de la autora que expresa su situación: "- Mientras todos decían 'Je suis Charlie', yo no sabía quién era...".

La obra tiene un guión que refleja de forma natural el proceso personal de la dibujante. No sigue una línea planificada, a pesar de lo cual se deja leer perfectamente. El dibujo mantiene el estilo característico del humor gráfico de prensa, típico del medio en la mayoría de los casos, es decir, caricaturesco y muy simplificado pero funciona bastante bien, no le falta la necesaria expresividad para abordar con fidelidad las emociones que se quieren transmitir e incluso algunas viñetas y páginas sorprenden por resultar muy eficaces.


http://www.ivoox.com/podcast-comic-extrebeo_sq_f112441_1.html

(y en iTunes)


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