A riesgo de ser tachado de oportunista o tendencioso, habida cuenta que ayer mismo iniciaba en mi blog personal mi propia versión adaptando el clásico de Bram Stoker en forma de webcómic, creo que ésta es una oportunidad perfecta para hablar de otra de las adaptaciones que ha dado al noveno arte la obra suprema del escritor irlandés.
Drácula es una novela de sobra conocida por todos, publicada por vez primera en 1897 pronto convirtió a su protagonista en el vampiro más famoso. Otros personajes similares habían hecho previamente su aparición en las letras impresas, como Varney, the Vampire (James Malcom Raymer, 1845) y Carmilla (Sheridan Le Fanu, 1872). La obra de Stoker, escrita de manera epistolar, presentaba, sin embargo, otros temas, como el papel de la mujer en la época victoriana, la sexualidad, la inmigración, el colonialismo o el folclore.
Drácula es, junto con Sherlock Holmes, el personaje de ficción más versionado y adaptado a través de pastiches, cómics y, sobre todo, películas. Con más de 200 títulos fílmicos, destacan; Nosferatu (F.W. Murnau, 1922), Drácula (Tod Browning, 1932), Horror of Dracula (Terence Fisher, 1958), El conde Drácula (Jesús Franco, 1969), Drácula (John Badham, 1979) y Bram Stoker´s Dracula (Francis Ford Coppola, 1992). Siendo éstas las películas que más se atienen al texto original.
En cómic su aparición e influencia es también importante, destacando las nuevas aventuras que darían al personaje desde Marvel Comics en la serie Tomb of Dracula, con unos geniales Marv Wolfman (con ese apellido no podía ser de otra manera) y Gene Colan, a la que siguió Dracula Lives!. Integrando, incluso, al Príncipe de las Tinieblas dentro del Universo Marvel
Manteniendo la esencia de la novela original tenemos otras versiones en cómic como Conde Drácula de Guido Crepax, la adaptación de la película de Coppola realizada por Mike Mignola y la más reciente Dracula, the Complete Story, de John Reppion, Leah Moore (la hija de Alan Moore) y Colton Worley.
Sin embargo, desde España, a principios de los ochenta, se realizó la que es una de las mejores adaptaciones de la novela de Stoker al medio gráfico, el Drácula de Fernando Fernández.
Fernando Fernández (1940-2010), fue uno de los autores que participó en la renovación del cómic español, lo que se dio en llamar el boom del cómic adulto. Junto con autores como Adolfo Usero, Carlos Giménez o Josep Mª Beá, entre otros muchos, renovó el anquilosado concepto de la historieta dirigida hasta ese tiempo a un público eminentemente infantil y juvenil con tebeos más acordes a los nuevos tiempos post franquistas. Fue la época de la proliferación de las revistas para adultos con títulos como 1984, Creepy, Cairo, Metal Hurlant o Comix Internacional, que incluían en sus páginas historias de contenido más comprometido creando una corriente reivindicativa y desarrollando de este modo un replanteamiento cultural de la sociedad. De la que ahora somos herederos.
Drácula fue su gran obra. Una adaptación fiel al original. Siguiendo los planteamientos y la atmósfera que Bram Stoker relata en sus páginas. Fernández mantiene los principales rasgos del libro aunque cambiando y adaptando algunos puntos concretos en aras de un mejor entendimiento y agilidad narrativa. Consigue, no obstante, respetar la naturaleza episódica de la novela aunque elimina cualquier referencia epistolar de la misma, cambiándolas por cartuchos de pensamiento de los personajes, mostrando así sus sensaciones y emociones igualmente. El diseño del Drácula de Fernández, bebe sin embargo del estereotipo clásico presentado en la filmografía del personaje.
Fernando Fernández sigue una estructura por capítulos (sería publicado por entregas en la revista Creepy) respetando la intensidad y sutileza que el original literario posee aunque estructurando los capítulos con un inicio, nudo y desenlace. Elimina elementos superfluos y juega con las imágenes y sensaciones que estas provocan en el lector.
En el plano artístico, Fernández se decanta por un estilo pictórico al óleo. Experimentando visualmente con los elementos presentados en las viñetas y jugando con la luz natural y la descomposición de los colores para retrotraernos a la época victoriana en que se desarrolla la acción. Quedando unas planchas hasta cierto punto oníricas como si algo irreal se nos estuviese mostrando y construyendo unos personajes con caracteres muy definidos.
Drácula de Fernando Fernández fue publicada originalmente en los números 36 a 48 de Creepy y luego recopilado en un álbum por Toutain Editor. Recientemente Glenat lo reeditó en un estupendo volumen que sin duda guardará un lugar de honor en nuestra tebeoteca.
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