jueves, 30 de abril de 2015

De la C a la C (22). Cómic y Enfermedad

¡Hola! Me vais a perdonar que hoy me ponga un poquito amargo, dogmático y casi profundo, pero me apetecía hablar de un tema que creo que lo requiere: La enfermedad. 

La enfermedad es siempre , evidentemente y perdón por la expresión, una buena putada. Dentro de ella hay rangos, no es lo mismo tener un catarro que un cáncer de páncreas, pero hay otro tipo de distinción de la que somos menos conscientes pero que está ahí: Enfermedades vergonzantes y enfermedades que no. 

Desgraciadamente hay una serie de enfermedades, especialmente las enfermedades mentales y las relacionadas con envejecer, que a día de hoy te pueden convertir en un paria social. Yo lo sé porque soy un enfermo mental (gracias a los dioses en franca recuperación). Tengo una mierda que se llama “Trastorno de Ansiedad Generalizado” o TAG porque a los médicos les gustan mucho los anagramas. ¿Alguna vez has tenido un ataque de nervios de los que no sabes si te va a dar una chunga, con el corazón disparado, sensación de ahogo, mareo...? Pues a mí me pasa con bastante frecuencia y sin motivo. Ahora mismo me pasa poco y  lo controlo. Hace un par de años una vez a la semana estaba en urgencias pensando que me moría. Y aquí hay tres cosas curiosas: 1- Lo que tengo es una enfermedad, no es que esté tonto o no sepa vivir. 2- Yo no tengo más culpa de estar enfermo de la que tiene alguien con gripe. 3- Un 3% de la población del “primer mundo” tiene TAG. Es decir, que es muy probable  que  alguien a tu alrededor lo tenga y no te lo haya dicho. 

Porque esa es una característica de este tipo de enfermedad: Que da vergüenza admitirla. Y eso es una mierda porque una de las cosas que más duelen cuando tienes una enfermedad crónica es la continua sensación de incomprensión. 

¿Y a qué viene este rollo sobre mi salud? Pues porque yo he visto que una de las cosas que  me vienen mejor es la visibilidad, saber que hay mucha gente igual que yo que lo supera día a día, ver cómo otras personas resuelven su enfermedad para reflejarme en ellos. Y una de las ocasiones en que me ocurrió fue leyendo los Combates Cotidianos de Lafournet.



Un cómic genial que me recomendó Pablo Calvo. El protagonista tiene un trastorno de ansiedad que reconocí perfectamente antes de que dijeran qué le pasaba. Está dibujado a la perfección, esa angustia y ese que desaparezca todo lo que te rodea porque solo eres capaz de darte cuenta de lo mal que te encuentras y solo puedes concentrarte en intentar convencerte de que no te estás muriendo. Y ver en un cómic a alguien que sufre la misma enfermedad que yo me alivió muchísimo. Ver que es algo tan frecuente y ver que no es algo fundamental en su vida, que no es lo que le define. 

El cine y los libros ya llevan un tiempo dándole visibilidad a las enfermedades, así que los cómics no podían tardar. Voy a mencionaros un puñadito de novelas gráficas que dan visibilidad a enfermedades concretas de las que da vergüenza tener.

 Arrugas



Arrugas, de Paco Roca, es uno de los últimos grandes éxitos del cómic español (aunque como buen cómic  hecho por un español se editó antes en Francia). Ganó los premios a mejor guión y mejor obra del Salón del Cómic de Barcelona, el premio Dolmen de la crítica, el premio Expocómic a mejor obra y el Premio Nacional del Cómic. También se adaptó al cine en formato animación. Se ha vendido una cantidad asombrosa de volúmenes para ser un cómic español y se ha traducido a varios idiomas. Cuenta la historia de un hombre mayor al que sus hijos internan en una residencia porque se ven incapaces de gestionar su Alzheimer. Es un cómic realista (y por lo tanto duro) y muy emotivo.

 Píldoras azules



Píldoras azules, de Frederik Peeters, es un cómic que no te va a dejar indiferente. Es la historia real del autor, un historietista suizo, y  su relación amorosa con una chica seropositiva y su hijo de 3 años con la misma enfermedad. No es una historia lacrimógena ni moralista, solo una historia real de personas reales luchando contra una enfermedad. Si no la has leído, deberías

 María y yo



El año que Paco Roca ganó el Premio Nacional del Cómic de España por Arrugas (2008) el finalista fue otro cómic que hablaba sobre una enfermedad que todavía produce rechazo social. El autismo. 

María y yo es una novela gráfica autobiográfica en la que su autor, Miguel Gallardo, cuenta cómo convive con el autismo de su hija María. En 2010 se estrenó en cine en formato documental. Y ahora, hace un par de meses, se acaba de publicar una “segunda parte”. María cumple 20 años 



Y un último cómic, para que empatemos a dos en autores españoles y franceses:

 La Ascensión del Gran Mal



Epilepsia. Es una novela gráfica del francés David B. (David Beauchard). Aunque también es autobiográfica hay algo que la diferencia de obras como María y yo o Píldoras Azules: Transcurre durante los años 60. El autor cuenta su infancia y juventud en una familia marcada por la epilepsia de su hermano mayor. La epilepsia ha sido una de las enfermedades más estigmatizadas de la historia (Ahí están esos epilépticos siendo exorcizados en la Biblia, por ejemplo) y en los años 60 la medicina tradicional no podía hacer mucho por los enfermos. Así que el cómic es también la historia de cómo la familia buscó por todos los medios ayudar a su hijo, tratando con curanderos y charlatanes. 

Esto es solo un pequeño ejemplo de cómo la enfermedad está apareciendo en el mundo del cómic, de la visibilidad que está ganando. Pero hay mucho más, cosa que me alegra sobremanera. Que se normalice todo, que dejemos de ver la enfermedad como un pecado contagioso. Y esto está llegando también al cómic más mainstream. El año pasado (o el anterior?) descubrimos que Hank Pym, uno de los Vengadores originales, el Hombre Hormiga, tiene un trastorno bipolar


Muchas gracias por leerme sobre todo esta semana, en un tema menos divertido pero más importante que la mayoría de los anteriores. La semana que viene ya compensaré hablando de monos y pedos. Nos vemos el jueves!

EXCELSIOR!

domingo, 26 de abril de 2015

[Reseña] CONQUISTADOR. Edición Integral 1 (Dufaux/Xavier)

   Pocas veces ha sido trasladado al cómic esa época gloriosa de la historia de nuestro país que ha sido el Imperio Español. Y no por falta de buenas historias que contar, tanto en la conquista de las Américas como en las guerras europeas, con Flandes y Lepanto a la cabeza, donde España intentaba mantener su hegemonía mundial a base de Tercios (y no de cerveza precisamente). Una época que da juego para grandes aventuras en ese entorno tan propicio pero que ha sido ninguneada prácticamente hasta casi perecer en el olvido.


   Si Frank Miller se hubiese enterado de los Combates de Cagayán en 1582, en el que cuarenta soldados españoles se enfrentaron a un contingente de mil ronins (ya sabéis, samuráis sin señor) japoneses y salieron victoriosos, tal vez hubiera dejado aparcado su 300 a un lado para relatar esta gesta. La Batalla de Lepanto (que libró a Europa del yugo del Imperio Otomano) podría ser una espectacular superproducción hollywodiense si hubiese participado Inglaterra en vez de España. Supongo que toda esa opacidad del mundo anglosajón a nuestra historia propia se debe a la Leyenda Negra que circuló desde el s. XVI, un sentimiento anti-español entre los países angloparlantes y que se ha mantenido hasta nuestro días.

   Sirva este amplio preámbulo como inicio (y reivindicación de nuestra historia) de la reseña que trataremos hoy.

   Conquistador nos remite a la epopeya de la conquista de México por Hernán Cortés, pero tratándolo en tono de aventura y con elementos fantásticos. No se trata, obviamente, de un relato histórico de los hechos sino de una aventura pura y dura, con el trasfondo de la ocupación del Imperio Azteca por España.

   Es el año 1520 y estamos en Tenochtitlán, capital del Imperio Azteca. Hernán Cortés y sus hombres se encuentran en los dominios del emperador Moctezuma. Pero la frágil alianza que tiene con Moctezuma se va resquebrajando por la taimada intervención del Sumo Sacerdote Oczu quién lo predispone en su contra. Al mismo tiempo, la Corona de España ha descubierto que Cortés se está enriqueciendo ilícitamente y ha enviado un contingente al mando del capitán De Narváez, para que rinda cuentas. Cortés decide salir al encuentro de De Narváez y hacerle frente, pero antes encarga a un pequeño grupo de hombres que se hagan con el Tesoro Azteca y así ajustar las cuentas con la Corona y seguir su singladura en pos de la conquista de México.

   Al frente de este grupo de aventureros se encuentra Hernando de Royo, un impetuoso soldado sin miedo a nada, Catalina Guerrero, una mujer atrevida y valiente en un mundo de hombres, el Padre Cristóbal, un religioso que estudia las costumbres y la cosmogonía del Nuevo Mundo y que tiene visiones psicotrópicas, Saltamontes, un joven imberbe aficionado a realizar pócimas y Burro, un brutal y violento soldado.

   Juntos planearán hacerse con el enorme Tesoro Azteca. Pero Oczu les ha descubierto y huyen con una pequeña parte del tesoro. En su huida también se llevan la misteriosa estatua de un antiguo dios y una bolsa llena de unas extrañas raíces. Un robo que desatará sobre ellos la ira de un poder ancestral. Un horror que les persigue por la jungla y al que deberán enfrentarse con  determinación.


   El argumento es un clásico relato de aventuras con elementos fantásticos. Una mezcla coherente que está bien ensamblada, con personajes definidos pero muy arquetípicos aunque nada desdeñables.


   Jean Dufaux (Bruselas, 1949) es un guionista de sobra conocido. Autor, junto al fenecido Philippe Delaby de la aclamada serie Murena y de La balada de las landas perdidas, con Grzegorz Rosinski en el arte. Dufaux es un excelente narrador que se ha especializado en relatos enmarcados dentro de un contexto histórico. En Conquistador, nos remite a la época del Imperio Español y la ocupación y conquista del Nuevo Mundo con una historia con un deje de aventura clásica pero tamizada con elementos fantásticos que recuerdan a Alien, el octavo pasajero.

   El arte corre a cargo de Philippe Xavier (1969). Uno de los valores consagrados de la nueva Bande Dessinée franco-belga que ha trabajado también para el mercado americano en Heavy Metal o Frank Frazetta Illustrated. Junto al propio Dufaux, es también creador de la estupenda serie de álbumes Cruzada, que se ha convertido ya en una obra imprescindible. En Conquistador sigue mostrando su trazo fino y pulcro, con una excelente recreación de la cultura precolombina y una gran descripción de los paisajes y naturaleza agreste de la América de la Conquista Española.

   Conquistador nos acerca a una época apenas retratada en el noveno arte. Una apuesta por la aventura en un entorno reconocido y cercano. Una historia que concluirá en el próximo volumen y que cerrará todas las incógnitas planteadas en este tomo de Norma Editorial.



viernes, 24 de abril de 2015

La Máquina del Tiempo #53 [webcómic]

   Un viernes más. Traspasada la festividad del DÍA DEL LIBRO, no podemos sino sumarnos a ella con una nueva entrega de la adaptación que desde Extrebeo, y con la colaboración de grandes nombres de la ilustración y la historieta de Extremadura, hacemos de la novela La Máquina del Tiempo, del escritor británico Herbert George Wells.

   Hoy vuelve a acompañarnos uno de esos nombres claves de la historia del tebeo extremeño, el placentino José Mª Perianes que, con su estilo clásico y limpio, nos regala una nueva joya para esta serie.

   Ya sabéis que si queréis disfrutar como se merece de ésta plancha, sólo tenéis que clickar en la imagen para ampliarla.

Página 53 por José Mª Perianes.

Todos los viernes una nueva entrega aquí,
en el blog de exTreBeO





jueves, 23 de abril de 2015

De la C a la C (21). Capitán Marvel

¡Hola a todos! Quiero empezar explicando que hoy no voy a hablaros de un personaje, sino de varios. Lo que pasa es que todos se llaman igual. Y esa es parte de la gracia de todo. Ahora explicaré por qué. Pero vamos con el primer Capitán Marvel: La edad de oro del cómic (golden age of comic) es como se conoce a la etapa del cómic americano de los años 1930-40. Especialmente el cómic de superhéroes. Este “boom” empieza, lógicamente, con la creación del primer superhéroe: Superman. La editorial DC tuvo una larga lista de superhéroes de gran éxito que aún existen a día de hoy: El propio Superman, Batman y Robin, Green Lantern, Wonder Woman, Flash, Aquaman, Hawkman... Marvel, que por aquel entonces se llamaba Timely, sacó a su vez un gran número de superhéroes capitaneados por sus  tres grandes estrellas: La antorcha humana original, Namor y el Capitán América. Con esta selección de enormes superhéroes, cuál era el que vendía más en todo USA? Exacto. El Capitán Marvel, de la editorial Fawcett.

Debido al éxito de Superman en 1938 la editorial Fawcett decidió sacar su propia línea de superhéroes y contrató al escritor Bill Parker para que creara nuevos personajes. Una de las ideas que tuvo fue un grupo de 6 personas, cada una de ellas con un poder diferente otorgado por una figura mitológica (ojo, que la idea está guay). El director ejecutivo decidió que sería mejor combinar al equipo en un solo personaje, que en un principio se iba a llamar “Captain Thunder”, de ahí el relámpago del pecho. El dibujante, Pete Constanza, sugirió cambiarle el nombre a “Captain Marvelous”, que finalmente se acortaría en “Captain Marvel”. Apareció por primera vez en el número 2 de Whiz Comics que podéis ver más arriba. No se molestaban mucho en disimular en aquella época, os recuerdo que la portada del Action Comics número 1 (primera aparición de Superman) era el superhéroe levantando un coche y estrellándolo contra una roca.

A pesar de las similitudes en los poderes (superfuerza, supervelocidad, invulnerabilidad...), alter egos (dos periodistas apocados) y aspecto físico, el Capitán Marvel se diferencia de Superman en algunos aspectos importantes: Su origen es mágico en vez de extraterrestre y su alter ego es un chaval de 12 años que se convierte en el Capitán Marvel cuando dice el nombre del mago que le dio superpoderes: Shazam. Un anagrama formado por la primera letra de los seis personajes mitológicos que otorgan sus  virtudes: La sabiduría de Salomón, la fuerza de Hércules, la resistencia de Atlas, el poder de Zeus, la valentía de Aquiles y la velocidad de Mercurio. 

El Capitán Marvel fue un éxito instantáneo, se vendieron 500.000 ejemplares del primer número. Al año siguiente el Capitán ya tenía su serie regular con su nombre aunque seguía apareciendo en la genérica Whiz Comics y como invitado en otros cómics de la editorial. En 1941 su popularidad era tan grande que  se convirtió en el primer superhéroe en ser llevado al cine (en formato serial). Para exprimir correctamente la gallina de oro la serie llegó a tener una periodicidad bisemanal. Además en el propio 1940 empezaron a salir otros personajes con poderes derivados de los del Capitán en la editorial, como Captain Marvel Jr. o Mary Marvel. Estamos hablando de 19 años antes de la primera aparición de Supergirl. Estos personajes derivados se unieron con su “padre” en un título mítico que unía a los Marvel poderosos con otros Marvels sin superpoderes que iban vestidos igual y nada tenía ningún sentido y descojono puto: La familia Marvel.


Debo aclarar que ese humor absurdo y surrealismo eran una razón importante del éxito de Fawcett. En 1953 las ventas habían caído sensiblemente (como las de todos los cómics en USA) y además Fawcett estaba metida en un juicio con DC, que se había dedicado a denunciar por plagio a todas las editoriales que sacaban  superhéroes. Así que se dejó de publicar. 
Cuando el cómic resurgió en los 60 en lo que dio a llamarse la Edad de Plata, Fawcett no podía relanzar al Capitán ya que parte del acuerdo al que habían llegado con DC era que nunca más volverían a publicarlo. Así que le vendieron el personaje a la propia DC, que  lo relanzó en 1972.  Pero se encontró con un problema, que era que en esa época el nombre Capitán Marvel estaba registrado por otra editorial: Marvel. Así que el personaje sigue existiendo hoy en día pero  con otro nombre, el del mago que le dio los poderes: Shazam 

Aquí va una curiosidad: Cuando Fawcett dejó de publicar Capitán Marvel en 1953 las editoriales que vendían sus cómics fuera de USA se quedaron sin material. En Inglaterra lo publicaba L.Miller & Sons en blanco y negro y se vendía muy bien. En vez de dejar de publicar lo que hizo fue contratar a un autor llamado Mick Anglo para continuar/reemplazar el cómic. Crearon un personaje nuevo, Marvelman, muy similar al Capitán Marvel pero con algunas diferencias para mantener al público pero no tener problemas de copyright.

Marvelman era muy similar, aunque su apariencia era más moderna y el origen de su poder era la energía atómica. En vez de transformarse diciendo “shazam” lo hacía  diciendo “Kimota”, fonéticamente “atomic” al revés. También tenía sus dos ayudantes, Young Marvelman y  Kid Marvelman. Esta serie se dejó de publicar en 1964. Y aquí llega lo gordo: En 1982 aparece en Inglaterra una nueva revista llamada Warrior. Y el editor quiere revivir a Marvelman. Los primeros autores a los que se lo ofrece declinan, pero le hablan de un escritor que se moriría por escribirlo. 

Un jovenzuelo que se llama Alan Moore. Para no alargarlo os diré que hubo un cambio de editorial  (la americana Eclipse), de nombre (Miracleman, para evitar problemas con Marvel), de tamaño y se 
pasó del ByN al color. Y que lo que hizo Alan Moore con Miracleman es de las cosas más interesantes que ha hecho Moore (que es mucho decir) y que se ha  hecho en el cómic en general. 

Fueron solo 16 números, pero los aconsejo con los ojos cerrados. Cuando Moore se fue en el 16  llegó otro crack, Neil Gaiman, a los guiones. Pero no es el Miracleman de Moore 


Y vamos con Marvel. 7 personajes distintos de Marvel se han llamado Capitán Marvel. ¿Por qué tantos? Porque  Marvel ganó un juicio a  DC por los derechos del nombre Capitán Marvel (después del conflicto Fawcett-DC). Pero si Marvel quiere conservar el nombre tiene que publicar un cómic con título “Capitán Marvel” como poco cada dos años. Así que los muchos Capitanes Marvel que ha tenido la editorial son de los pocos cómics que  no salen o cierran por imperativo económico sino legal. No voy a mencionarlos todos, solo los tres más importantes. El primero que siempre será el de verdad: Mar-Vell


El origen del Capitán Marvel como cómic Marvel no puede ser más prosaico. Un “Eh, está libre el nombre Capitán Marvel, nosotros nos llamamos Marvel y ahí hay perras. Escribe lo que sea y lo publicamos”. Y eso hicieron. Guión de Stan Lee (otra vez) y dibujo del genial Gene Colan, que ha hecho para mí los mejores cómics de Conan pero que siempre ha renegado de su diseño del Capitán. Que no nos vamos a engañar, muy bueno no es. Lo cambiaron no mucho después. Mar-Vell es un soldado Kree (una raza alienígena guerrera de la cosmogonía Marvel) que viene a la tierra a espiar para su planeta pero acaba queriendo y defendiendo a los humanos. Una historia que le gusta a Stan como bien sabe su ojito derecho, Silver Sulfer. Debutó como estrella en el Marvel Super Heroes 12 (1967) y al año siguiente empezó su serie propia, Captain Marvel. No tuvo mucho éxito, por lo que sufrió un cambio de cara en el número 17. Cambio de equipo creativo (el genial Roy Thomas al guión y Gil Kane al dibujo), cambio de uniforme, mejora de poderes y una unión muy rara con el eterno sidekick de Marvel, Rick Jones, que intercambiaba cuerpo con él según fuera haciendo falta. 

Pese a los cambios la serie nunca tuvo mucho éxito, pero se siguió publicando por los motivos a los que ya he hecho mención de forma intermitente hasta 1982, cuando desaparece definitivamente pero con un canto del cisne que ya lo quisieran muuuuuuchos. La primera y fantástica novela gráfica de Marvel “La muerte del Capitán Marvel”, de Jim Starlin 

El siguiente Capitán Marvel también es interesante: Monica Rambeau. 


Aparece por primera vez en Amazing Spiderman Annual 16, en el mismo 1982 en el que desaparece el primer Capitán. La crean Roger Stern y Romita Jr. Desde su aparición salió como secundaria en muchas series, incluídas las Secret Wars de Shooter, especialmente en los Vengadores donde llegó a ser la jefa. Es una policía que en un accidente gana el poder de transformarse en energía (en un principio era luz, ahora ya se transforma en todo tipo de energía dentro del campo electromgnético).  Como Capitán Marvel solo tuvo un “one shot”, nunca una serie limitada ni regular. Ha cambiado un par de veces de nombre. Lo último que sé de ella es que se hace llamar Spectrum y es la jefa de los Mighty Avengers. Antes de eso fue la jefa de Nextwave, un grupo y serie limitada inclasificable pero superrecomendable que es de las cosas más divertidas que he leído. 

Después han llegado varios Capitanes Marvel un poco de pegote que no me voy a dignar ni en mencionar. Y el Capitán Marvel actual, que llevaba muuuuchos años siendo Miss Marvel pero se ve que ha ascendido:


Carol Denvers se convirtió en Miss Marvel cuando en un accidente su estructura se combinó con la de Mar-Vell, el primer Capitán Marvel, en un cómic del 1977. Desde entonces ha sido un miembro de los Vengadores, los Defensores y  no sé si hasta de los tenedores. Vamos, que es un personaje fundamental de Marvel. Y ahora es la capitana ídem, todo muy correcto.

Nada más esta semana. Voy a descansar un poco de escribir Marvel. Han sido muchas veces, estoy agotado. Si os apetece la semana que viene nos vemos aquí explorando el cómic de principio a fin. 

¡Muchas gracias por leerme!

EXCELSIOR!

martes, 21 de abril de 2015

Actividades Comiqueras en Coria con motivo del Día del Libro

  Nuestro amigo, socio y colaborador habitual, Andrés Cabello García (más conocido como El Peneque), nos ha hecho llegar las siguientes actividades que se desarrollarán en la localidad de Coria con motivo de la celebración del DÍA DEL LIBRO y que tiene interesantes propuestas sobre el Cómic y el Manga.

   Os dejamos el programa de actividades, que cuenta con un Taller de Manga y una charla coloquio con el editor de Marvel en España, Julián M. Clemente (natural de Coria y de quién ya pudimos disfrutar la pasada Salita del Cómic de Cáceres)




lunes, 20 de abril de 2015

99 exTreBeO micropodcast: Capitán Extremadura

¡Necesitamos un héroe! En una época como la que nos ha tocado vivir: sin modelos a los que imitar, sin líderes a los que seguir,... rodeados por la corrupción moral y la imbecilidad... ¡Necesitamos un héroe! Metrópolis tiene a Superman, Nueva York a Spiderman,... pero... ¿Y Extremadura? Hasta ahora estábamos en manos del destino, abandonados a nuestra suerte, ¡Pero eso ha cambiado! Un nuevo superhéroe surca los cielos que cubren nuestras campiñas, los habitantes de las dehesas interrumpen su plácido hocicar al oírlo volar,... ¡Ya está aquí... EL CAPITÁN EXTREMADURA!

El placentino Esteban Navarro ha sido, a un tiempo, nuestro Stan Lee y nuestro Jack Kirby, al encargarse tanto del guión como del dibujo de este divertimento que es, ante todo, un homenaje al cine. La Editora Regional, bajo la iniciativa de Antonio Gil, director de la Filmoteca de Extremadura, propuso a Esteban este trabajo para celebrar los 20 años de la institución dedicada al cine de nuestra región. Más info sobre Esteban en la reseña que le dedicó Ángel Gª Nieto (ByTito) por su versión de Nessa (AQUÍ).

El autor sale más que airoso de un compromiso difícil: un homenaje al cine en toda su amplitud. El argumento que lo consigue es la historia de un extremeño cualquiera, un héroe de origen humilde al más puro estilo Marvel, que un día, mientras esperaba en la cola del paro fue "contaminado" por los excrementos radiactivos de una cigüeña de Almaraz. A partir de entonces, y ante el lógico cabreo que produce la maldad y la estupidez que nos rodea, un nuevo héroe con base en Monfragüe (al estilo del selvático Hombre Enmascarado) surca los cielos en pos de la justicia y ha de enfrentarse en esta historia al Mal en persona.

Las referencias-cameos que se encuentran en el cómic son literalmente cientos. Chistes en primer y segundo plano de cada viñeta hacen de este tebeo una lectura para retomar y disfrutar en más de una ocasión. Humor y buenas ideas se funden en un trabajo de impecable acabado tecnico y artístico. Vamos, que ha quedado de lujo y, sobre todo, nos deja con ganas de más aventuras de este personaje que llevaba un tiempo esperando su oportunidad (la idea data de 1997, iba a ser un cómic de prensa).

Por 12 eurillos un excelente álbum en tapa dura para regalar a cualquier aficionado al cine, al cómic, a Extremadura, a reirse,...
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domingo, 19 de abril de 2015

[Reseña] DAREDEVIL. EL HOMBRE SIN MIEDO (Frank Miller / John Romita Jr.)

   
   Dentro del fandom comiquero mundial, se podría decir que ésta que finaliza ha sido la semana de Daredevil. La emisión de la serie de Netflix dedicada al personaje, ha reconciliado a sus miles de entusiastas seguidores con el medio audiovisual tras la (en exceso) vilipendiada adaptación cinematográfica de 2003, dirigida por Mark Steven Johnson  y protagonizada por Ben Affleck


   La serie se enmarca dentro del Universo Cinematográfico de Marvel y conformará junto con las ya en producción Jessica Jones, Iron Fist y Luke Cage, el germen del que surgirán Los Defensores (la idea de Marvel para mostrar unos Vengadores low cost en el medio televisivo y seguir sacando tajada).

    Daredevil, la serie, toma como eje de partida (al igual que su versión cinematográfica), los cómics de Frank Miller. Nos devuelve al barrio de la Cocina del Infierno de Nueva York. Un barrio donde la podredumbre, la violencia y la corrupción campan a sus anchas. A lo largo de los 13 episodios que conforman esta primera temporada, veremos a Matt Murdock y Foggy Nelson montar su bufete de abogados, así como la aparición de Karen Page o los intentos de Wilson Fisk (aquí no es nombrado aún como Kingpin) por hacerse con el control de la ciudad. Todo ello regado de numerosos flash-backs que narran el origen de Daredevil. El accidente que le ciega, la trágica y violenta muerte de su padre y su posterior entrenamiento a manos de Stick.


   Aprovechando la coyuntura del estreno y fulminante éxito de esta serie, desde esta sección nos hacemos eco y toca reseñar la obra en la que, mayormente, está inspirada la misma.
Daredevil. El Hombre sin Miedo supone el regreso de Frank Miller al personaje que le dio la fama, luego encumbrada tras su paso por DC y su redefinición de Batman. En esta serie limitada, Miller narra el origen de Matt Murdock y los pasos que le llevan a convertirse en Daredevil.

   Criado en un entorno poco edificante, Matt Murdock es apenas un chaval de doce años que dedica su tiempo entre el estudio y la calle. Su padre, Jack Murdock es un boxeador venido a menos que desea lo mejor para su vástago y al que quiere alejar de esas calles llenas de robos y violencia que él mismo ha sufrido, por lo que inculca los estudios a su hijo como único medio de salir de la Cocina del Infierno. Sin embargo Jack no es un buen ejemplo a seguir, entre combate y combate, se dedica a extorsionar a comerciantes como matón de la Mafia. Sin embargo, un fortuito accidente de tráfico lo cambia todo. El pequeño Matthew ha sido irradiado con unos productos radiactivos que transportaba el camión accidentado, lo que le deja invidente. Poco a poco el pequeño va descubriendo que el resto de sus sentidos se van ampliando, supliendo así su falta de visión. El encuentro con un misterioso individuo llamado Stick, le hará prepararse mental y físicamente para sacar partido a todo su potencial. Sin embargo, su padre, se ve atrapado de nuevo por la mafia, que le conmina a perder su próximo combate. Atrapado por las circunstancias, Jack acepta, pero la presencia de su hijo el día del combate le hace replantearse todo y ganarlo, lo que supondrá su muerte a manos de varios sicarios de la mafia. A partir de aquí, Matt usa sus nuevos recursos para vengarse de los mafiosos que asesinaron a su padre. Pero la fortuita muerte de una inocente le hace sucumbir y es abandonado por su decepcionado mentor.


Volvemos a saber de él en la universidad, cursando sus estudios de derecho, donde forjará los inicios de una amistad que durará años con Foggy Nelson y conocerá a una misteriosa estudiante que le subyugará y le mostrará un mundo nuevo de sensaciones, Elektra Natchios. Una joven que también esconde sus secretos. Sin embargo, una nueva sombra de corrupción llena la ciudad. La mafia tiene un nuevo jefe que responde al nombre de Kingpin y vuelve a hacer de las suyas secuestrando a jóvenes para prostituirlas, lo que hace que Matt Murdock se enfunde en un traje oscuro y oculte su rostro bajo una capucha negra para patrullar las calles cada noche enfrentándose a toda la violencia que le rodea. Asumiendo finalmente su destino y viendo que la Ley no llega a todos sitios, impartirá justicia bajo el nombre de Daredevil.

   Dicen los mentideros que este argumento partía de un guión cinematográfico escrito por Frank Miller para una hipotética adaptación a la gran pantalla en aquellos iniciales años 90 en los que Marvel se estrellaba una y otra vez en las salas de exhibición con productos de baja estofa y poca lucidez. El Capitán América de Albert Pyun, el Punisher interpretado por Dolph Lundgren y los Cuatro Fantásticos de Roger Corman son vergonzante ejemplo de ello. El caso es que Miller aprovechó ese guión para mostrar su particular visión del origen del Diablo Guardián. Una visión alejada del tono épico y superheróico imperante en la época y que no muestra el característico traje del personaje hasta la última viñeta.


   El arte corrió a cargo de un pletórico John Romita Jr., hijo de la leyenda del cómic del mismo nombre y que por entonces triunfaba dibujando a Spider-Man, como hizo su progenitor en tiempos pretéritos. Daredevil. El Hombre sin Miedo, fue sin duda uno de sus mejores trabajos como ilustrador en una larga carrera que tuvo su punto álgido en esa etapa y que ahora parece caída en barrena con un desinterés en dibujar que se puede vislumbrar en su último trabajo en Superman. Una pena en uno de los autores que es considerado por muchos, como uno de los mejores dibujantes de Marvel de todos los tiempos.


Daredevil. El Hombre sin Miedo sentó las bases de lo que debe ser una historia de orígenes bien narrada y dibujada y que fue adaptada con peor fortuna en la película homónima de 2003 y con bastante más acierto en la versión televisiva de Netflix.

No os lo podéis perder. Ni el cómic, ni la serie.


viernes, 17 de abril de 2015

La Máquina del Tiempo #52 [webcómic]

   Sigue una semana más el viaje en el tiempo. Un remoto y desesperanzador futuro donde la humanidad ha sido relegada a dos razas enfrentadas por la supervivencia. H. G. Wells sigue mostrándonos su visión de un futuro imperfecto usándolo como metáfora de la sociedad en que le tocó vivir.

     Hoy nos acompaña de nuevo un creador pacense con residencia en Cáceres, Juan Bau Sosa. Artista polifacético y multidisciplinar especializado en pintura y retrato, que últimamente enfoca su creatividad a la creación audiovisual.

Y ya sabéis, si queréis disfrutar plenamente de la página, sólo tenéis que clickar en la imagen para ampliar. Nos vemos la semana que viene.

Página 52 por Juan Bau Sosa

Todos los viernes una nueva entrega aquí,
en el blog de exTreBeO
     

jueves, 16 de abril de 2015

De la C a la C (20). René Goscinny

(20 “De la C a la C” ya a las espaldas. ¡Y parece que fue ayer cuando faltaban dos días para que fuera mañana! En fin…)

En días anteriores ya os he hablado un poco de un gran autor americano (Stan Lee) y de un gran autor asiático (Osamu Tezuka). “¿Y qué pasa con Europa, que te pilla más cerca?”, pregunta un lector avispado del fondo. Y tiene razón, en Europa tenemos autores gigantescos, como Hergé, Manara, Gaiman, Moebius, Ibáñez, Moore, Escobar o el autor del que vamos a hablar hoy: El irrepetible René Goscinny.


Estoy convencido al 97% de que cualquier persona que esté leyendo esto ha leído, por lo menos, un cómic de Goscinny . Probablemente más de uno. Seguramente de más de una colección.  Pero vamos al principio: Monsieur René nació en París en 1926, hace ya un tiempito. Su apellido no parece muy francés porque no lo es, sus padres eran judíos polacos. A los dos años de nacer toda la familia se trasladó a Buenos Aires, donde se crió. Acudía al colegio francés de Buenos Aires, donde según él mismo cogió fama de payaso para compensar su timidez natural (Me lo creo, porque es un calco de mi escolaridad). En esta época empezó a dibujar a diario inspirado por las historietas que leía sin parar. 

A los 17 años se saca su título de bachiller y una semana después su padre muere. Así que recién graduadito se tiene que buscar la vida y se pone a buscar trabajo.  Después de un par de trabajos que odió consiguió empezar a trabajar como dibujante en una empresa de publicidad Argentina. Ahí publicó sus primeros dibujos. Al año siguiente se fue a Nueva York con su madre, hizo una escapada a Francia para servir en el ejército francés (en vez de servir en el americano) donde también realizó carteles e ilustraciones, y poco después volvió a Nueva York. Allí encontró trabajo en un pequeño estudio donde colaboró con el equipo que unos años más tarde fundó la revista MAD, de la que ya hemos hablado otras veces y que es la revista humorística más importante de USA.



En 1951 Goscinny se mudó a Bruselas a trabajar para la agencia de noticias World Press. Allí conoció a un tal Albert Uderzo y así comenzó la relación laboral de una de las parejas artísticas más importantes de la historia del cómic europeo. En esta época se publicó el primer cómic de Goszinny, una historieta de detectives que no creo que se hubiera podido publicar en USA por su nombre: Dick Dicks. No os voy a engañar, no me he atrevido a buscar imágenes para poneros aquí. Se publicó en el suplemento infantil  la Wallonie. 

Al año siguiente nueva mudanza, otra vez a París, para ser el director de la agencia local de World Press. Allí se reencuentra con Uderzo y comienzan a publicar trabajos juntos. 

En 1955 Goscinny se hace cargo de su primera gran obra, una serie dibujada por un autor al que conoció seis años antes de Nueva York: Maurice de Bévère, más conocido como Morris. 


 Hablo, por supuesto, de Lucky Luke, el vaquero más rápido que su propia sombra. Aunque la serie ya llevaba 9 años funcionando con guión del propio Morris, todos los críticos están de acuerdo en que la llegada de Goscinny a los guiones supuso la edad de oro de esta mitiquísima serie. A mí me encanta. No solo porque una mi pasión por el spaghetti western y el cómic, también por el increíble sentido del humor de la serie. Es más, para mí los Hermanos Dalton siempre serán 4 y ya os hablé de mi amor por Rantamplan.  Las películas de Leone, Lucky luke y el Teniente Blueberry debería indicarles a los americanos que los europeos hacemos los western mucho mejor que ellos. Ahí lo dejo. 

En este mismo año René Goscinny crea su segunda obra maestra, aunque en este caso no es un cómic, sino el primer libro infantil de el Pequeño Nicolás. El de verdad, no el mindundi que sale en los telediarios. 

Si no conocéis estos libros ilustrados por Sempé, ya estáis tardando. Cuentan las divertidísimas aventuras de un niño y sus compañeros de colegio en la Francia de los años 50. Están en muchos aspectos basados en la experiencia escolar de Goscinny,  así que todo es muy raro porque, como hemos dicho antes, su infancia no la pasó en Francia sino en Argentina. Las dos cosas más llamativas de estos libros son, desde mi punto de vista, el realismo con el que está tratado todo (todo lo que le ocurre a los niños puede que te haya pasado a ti) y que fueron los primeros libros infantiles en los que el narrador era el propio niño, por lo que todo lo que ocurre es explicado desde su punto de vista infantil. Brillante.

Al año siguiente Goscinny ya prácticamente no dibujaba y se dedicaba sobre todo a escribir. Mucho. Muchos guiones de series de revistas infantiles, sobre todo. También fundó junto a Uderzo y otras dos personas (Charlier y Jean Hébrard) la sociedad Édi-france/Édipresse, una agencia dedicada a la publicación y edición. Con esta sociedad sacaron las revistas Clarion y Jeannot. 

En 1958 Édifrance/Édipress saca el primer número de una revista ilustrada dirigida a un público juvenil (en oposición a las revistas típicas dirigidas a un público infantil): Pilote. En el primer número de esta revista de la que Goscinny es  además de fundador  jefe de prensa, aparece por primera vez el que junto con Tintin seguramente sea el personaje de cómic más importante jamás salido de Europa: 

Estamos en el año 50 antes de Jesucristo. Toda la Galia está ocupada por los romanos… ¿Toda? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles galos resiste todavía y siempre al invasor. Si estas palabras no hace que te suba un escalofrío por la espalda es que no has vivido.

Creo que no hace falta que hable de la importancia de este cómic dibujado por Uderzo, pero por si acaso voy a dar unos cuantos datos: Se ha traducido a 107 idiomas (incluidos latín y griego antiguo), se han producido 9 películas de animación, 4 de imagen real y 15 videojuegos basados en el cómic y el primer satélite que lanzó Francia en su historia se llamó Astérix. Pero lo más importante para mí es que son unos cómics increíbles que puedes leer mil veces, descubriendo además de mayor que es un cómic distinto al que leíste de niño. Es el mejor ejemplo para mí de historia a dos niveles, uno infantil de aventuras y acción y uno adulto de humor lleno de referencias.

Ya en 1961 Goscinny guionizó otra de sus obras más conocidas, Iznogoud, un visir que quiere ser califa en lugar del califa, dibujado por el dibujante francés Tabary

Este personaje, que ha tenido un gran éxito sobre todo en Francia, es el primer antihéroes de Goscinny. De hecho podríamos decir que los cómics de Iznogoud están protagonizados por el villano de la historia.

 Al año siguiente se produce una conjunción planetaria de esas que le gustaban a Leire Pajín: Goscinny se encuentra con Tintín en su primera incursión en el cine, guionizando la primera película en imagen real del reportero, Tintín y el misterio del Vellocino de Oro (1961). 

En este mismo año Astérix se empieza a publicar en tomos, empezando por Astérix el Galo. En 1965 Astérix tiene ya tanta fama que el presidente de Francia, Charles de Gaulle, llama a todos los miembros de su gabinete por los nombres de los personajes del cómic. 

En los años siguientes Goscinny seguiría escribiendo cómics, sobre todo Lucky Luke, Astérix e Iznogoud y participando en la adaptación cinematográfica de sus obras. En 1977 fue a hacerse una revisión médica y en el transcurso de la misma murió repentinamente de un paro cardíaco. Dejó publicados como guionista 26 libros de Lucky Luke, 19 de Astérix y 7 de Iznogoud. Algunas obras más fueron completadas y publicadas de manera póstuma. 

Desde 1986 todos los años se entrega el premio René Goscinny al guionista de historietas más destacado del año que se otorga durante el Festival Internacional de historietas de Angouleme.

Goscinny murió con 51 años, mucho antes de lo que tendría que haber muerto, pero dejó detrás de sí no solo un gran número de cómics publicados sino algunos de los mejores cómics que he tenido la suerte de leer. A día de hoy sigo disfrutando de mis cómics de Lucky Luke y de Astérix como si los leyera por primera vez. Era usted un grande, Monsieur René.


Nada más, la semana que viene os espero por aquí si os apetece para que sigamos repasando el mundo del cómic de arriba abajo. ¡Muchas gracias por leerme!

EXCELSIOR!

lunes, 13 de abril de 2015

98 exTreBeO micropodcast: Yo, Asesino


Hoy traemos un cómic para mayores y no, no es verde sino negro o, mejor dicho, negro y rojo. Hablar de obra maestra siempre resulta arriesgado, los gustos difieren entre unos y otros y parece que siempre conviene esperar un tiempo para valorar las cosas con perspectiva. Sin embargo en este caso hasta los críticos están de acuerdo...

El guionista Antonio Altarriba (1952, Premio Nacional de Cómic de 2010 por El arte de volar) y el dibujante José Antonio Godoy (Keko, 1963) publicaron a finales de 2014 el cómic que ha merecido el Gran Premio de la Crítica de Francia: Yo, asesino. Es la historia de un profesor de Historia del Arte que trabaja en la Universidad del País Vasco, Enrique Rodríguez. Un experto en su especialidad, la representación del dolor y el sufrimiento en el arte -especialmente en la pintura-, cuya implicación con sus estudios le llevan a... ejecutar asesinatos como expresión artística, sin ningún otro móvil.

Pocas veces nos encontramos ante una obra tan redonda como esta. Una obra en la que la conjunción entre el guión y el dibujo producen un tebeo antológico, repleto como pocos de sugerencias y reflexiones sobre el tema que aborda -la violencia y el asesinato-, situándolo en circunstancias concretas pero abriendo sus conclusiones a una profundidad antropológica universal. Además, resulta que su excepcional nivel intelectual está perfectamente integrado en un cómic entretenidísimo e impactante ya desde la primera página ("Matar no es un crimen. Matar es un arte.", así comienza la primera página), apto para cualquier lector no necesariamente habitual de los cómics. Así que ¿el mejor cómic del año? Muy probablemente.

¿Detalles a resaltar? Muchos. Entre otros que está dibujado en un blanco y negro más que apropiado, un auténtico claroscuro salpicado de rojo en ciertos momentos clave (sangre aparte, claro; un dibujo nada preciosista pero sí muy eficaz); físicamente el protagonista está inspirado en la figura del propio guionista (que también fue profesor en el País Vasco y asistió a la violencia que allí se vivía, y se vive); y la frialdad del asesino y lo casi "convincentes" que por momentos resultan algunas de sus justificaciones para la "labor artística" que lleva a cabo.

Lo edita Norma y cuesta 20 € (PVP), en tapa dura. De los cuales, como ocurre en casi todas partes, los autores se llevarán alrededor de un 10%. Aún así las condiciones laborales son menos malas en Francia y por eso el tebeo se editó allí, para venderse luego sus derechos a una editorial española. La historia de siempre.

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domingo, 12 de abril de 2015

[Reseña] HARRY PÓRREZ Y EL AS EN LA MANGA DE CONDEMORT (Vergara / Rivas / EnriqueCarlos)

   En nuestro país siempre nos hemos distinguido por saber echarnos unas risas. A pesar de todas las penurias, calamidades o crisis que suframos, siempre sale el chispeante de turno que nos arranca una sonrisa para sobrellevar cualquier momento.

   La historia del tebeo en España no sería entendida sin el humor, ese humor tan característico que nos hace reírnos de todo y por todo. Desde las primeras ediciones de la mítica revista TBO, pasando por los diferentes títulos de la Editorial Bruguera (Pulgarcito, DDT, TíoVivo), las revistas de humor dirigidas a un público infantil-juvenil, siempre han tenido cabida en nuestros quioscos y en la imaginería de los chiquillos. La reciente crisis del sector y la consecuente adaptación a un nuevo mercado que pedía un nuevo enfoque en los títulos que le llegaban, redujeron las revistas de historietas a un papel meramente testimonial hasta su desaparición completa del panorama tebeístico nacional.

   Harry Pórrez y el As en la manga de Condemort es un volumen recopilatorio que recoge las cuatro historias largas del personaje publicadas entre 2004 y 2006 en la revista Mister K, un intento de ediciones El Jueves por recoger el testigo de las viejas revistas infantiles y buscar cuota de mercado en este sector. La revista alcanzó los 55 números y, aparte de las historietas de Harry Pórrez, incluía otras series como Carlitos Fax, Zorgo o El Profesor Trozotiza, así como secciones de reportajes y pasatiempos.


   Harry Pórrez, como no podía ser de otra manera, es una genial parodia de los libros y películas de Harry Potter. Tamizado, siempre, con nuestro humor patrio y localista, jugando con los elementos propios del original y tiñéndolos de desternillante humor absurdo y mordaz.

   La parodia, ha sido también la respuesta que hemos dado desde España a los éxitos foráneos. Los grandes personajes del cómic español, no son sino parodias de sus homólogos más serios, venidos generalmente del mundo anglosajón. Mortadelo y Filemón comenzó como una parodia de los detectives, para pasar más tarde a ser agentes de la T.I.A., tras el éxito internacional de las películas de James Bond y SuperLópez, hace lo mismo (sobre todo en sus primeros álbumes) con el género superheróico. De hecho, nuestro libro más universal, El Quijote, no es sino una parodia de los libros de caballerías.

   En fin, Harry Pórrez es un niño despistado, un poco ignorante e iluso, que acaba de descubrir que tiene poderes mágicos y que apenas sabe controlar. Es llamado a estudiar y ampliar sus conocimientos en Howrats. Allí, en compañía de nuevos amigos y sus profesores, hará frente a las traviesas maquinaciones de su enemigo Condemort.

   Éste tomo recopilatorio, recoge todas las aventuras de Harry Pórrez publicadas en Mister K. Los guiones están a cargo de Bernardo Vergara, gran autor de tebeos, que ha enfocado su carrera en El Jueves (que recientemente abandonó por toda aquella polémica de censura que hizo perder a la legendaria revista, la mayoría de sus dibujantes). Los dibujos son obra de EnriqueCarlos y Victor Rivas. Artistas de solvente trayectoria y que nos regalan unos dibujos preciosos, acorde a la historia de humor que se nos presenta y con un estilo de marcada influencia franco-belga.

Harry Pórrez y el Misterio del Santo Grial, es la primera aventura del personaje, donde se nos presentan a los diferentes caracteres y su entorno. En Harry Pórrez y el Prisionero de Alacrán, sigue la estela del anterior título, tomando la obra original como guía y parodia, centrándose en las excentricidades de los personajes. Harry Pórrez y el Trofeo de Fuego continúa jugando con el título y la obra de J.K. Rowling como eje central. La última aventura incluida en el recopilatorio es precisamente el que le da título, Harry Pórrez y el As en la manga de Condemort, alejándose en este caso ya de la obra original y centrándose en el personaje malvado, quien planea cada vez más disparatados planes para acabar con el joven aprendiz de mago.

La única pega es que la edición recopilatoria está editada también en formato y forma de los libros de Harry Potter, lo que hace que una historias planteadas para ser editadas y recogidas en forma de álbum sean reproducidas a un tamaño menor, disfrutándose menos de los dibujos y perdiendo muchos detalles que encierran sus viñetas.

   Harry Pórrez y el As en la manga de Condemort es un divertimento que sirve, no sólo a los seguidores de Harry Potter o los más pequeños, sino a todo el mundo que desee pasar una rato agradable y echarse unas risas. Sólo con eso, su fin se habrá conseguido.