Aprovechamos el estreno
cinematográfico de X-Men. Días del futuro pasado para reseñar y traer al
recuerdo otro de los títulos fundamentales del universo mutante.
Los X-Men fueron
creados por el mítico tándem formado por Stan Lee y Jack Kirby en 1963 e
inicialmente se iba a titular The Mutants, pero el editor Archie Goodman
consideró que era un nombre que recordaba a película de terror y finalmente Lee
lo cambió por X-Men (la X venía por Malcom X y su lucha por los derechos
civiles de la población negra americana, de la que el guionista tomó conceptos
para aportarlos al cómic). Así nació The X-Men, como una analogía de la tensión
racial que se vivía en los Estados Unidos en los años 60.
El éxito de la serie fue irregular y a
principios de los 70 Marvel pensó en cancelarla, pero en 1975 Len Wein y, sobre
todo, Chris Claremont renovaron el título y aportaron nuevos y carismáticos
personajes que relanzaron la serie, convirtiendo desde entonces a los X-Men en
una de las series de mayor éxito de la Casa de las Ideas.
La imposible Patrulla
X. Dios ama, el hombre mata es considerada casi unánimemente como la mejor
historia de los X-Men de todos los tiempos. Realizada y publicada a primeros de
los ochenta, esta obra se alejaba de los conceptos y planteamientos mostrados
en la serie mensual y quería establecer una nueva forma de realizar cómics
dentro de Marvel. Con un enfoque más adulto y artístico, tomando como
referencias los álbumes europeos, donde predomina el guión así como un dibujo más
rico en detalles y matices.
La historia narra la
confrontación de los X-Men con un nuevo movimiento anti mutante liderado por el
reverendo William Striker. Un líder religioso fundamentalista que interpreta la Biblia de forma literal con el fin de
manipular a las masas y usarlas para montar una cruzada contra los mutantes.
Striker no es el típico villano como los que se suele enfrentar habitualmente
la Patrulla X. Carece de poderes pero es un fanático empeñado en destruir la comunidad
mutante usando sus dotes de persuasión con un discurso racista en el que alienta
a una población que ya mira con recelo a los mutantes, usando también para su
fin a los medios de comunicación. Llevados a una situación límite, a los X-Men
no les queda más remedio que buscar una alianza con su más antiguo y poderoso
enemigo, Magneto.
La presencia de William
Striker fue única para este título, no apareciendo nunca más en ninguno del
resto de títulos que conforman el amplio universo mutante. Sin embargo, su
influencia sería tan grande que Brian Singer lo rescató como villano en la
película X-Men 2. Reconvertido aquí en coronel del ejército americano a cargo
del Proyecto Arma X y apareciendo en varias entregas más de la saga fílmica.
Dios ama, el hombre
mata es una historia acerca de la intoleracia, el racismo y el odio al que es
diferente. Donde el fanatismo religioso golpea primero y la razón pierde su
naturaleza. Donde queda clara la manipulación que se puede hacer en la sociedad
con argumentos espúreos que buscan la xenofobia a través del miedo a lo
desconocido.
Chris Claremont estaba
en el punto álgido de su carrera cuando afrontó este título, con el que podía
dar rienda suelta a argumentos más comprometidos, sin el yugo que imponían el
Comics Code. Nos mostró que el cómic de superhéroes no es algo superficial ni
lleno de batallitas a puñetazo limpio llevándose media ciudad consigo. Sino que
la lucha esta con un enemigo más cercano e invisible, el odio y la
incomprensión a lo desconocido y diferente, que todos albergamos en nuestro
interior y que se manifiesta a través de una masa enfurecida y manipulada por
elementos externos que buscan su propio interés.
Brent Anderson afrontó
aquí su mejor trabajo gráfico tras sustituir a un inicialmente confirmado Neal
Adams, que se desentendió del proyecto tras llevas seis páginas dibujadas. Anderson nos regala un dibujo de sabor clásico, muy a la europea, donde
predomina la emoción de los personajes por encima de la acción. Con un estilo
formal y una narrativa gráfica acorde al tiempo en que se realizó, unos años 80
donde predominaba una composición de página llena de viñetas de diferentes
tamaños y un uso del color directo más lleno de matices del que se estilaba por
la época. Haciendo ver que éste no era un título más de la colección mutante y
que iba dirigido a un público más adulto.
Panini ha recuperado
recientemente este clásico del noveno arte (que no se reeditaba en España desde
hace 25 años) en un estupendo tomo donde también se incluyen entrevistas a los
autores de la obra, la influencia que tuvo, bocetos de Anderson y las páginas
inéditas dibujadas por Neal Adams antes de abandonar el proyecto.
La imposible Patrulla
X. Dios ama, el hombre mata no es un título a reivindicar porque ya tiene un
hueco grande en cualquier tebeoteca que se precie pero sí es una obra de
obligada consulta para todos aquellos cinéfilos apasionados por las adaptaciones
fílmicas de los X-Men, que quieran unirse al formato original en que estos
personajes nacieron.
1 comentario:
Me parece recordar que la película X-Men 2 estaba (o lo intentaba) inspirada en este cómic. Cuando lo leí en su momento me pareció un trasunto del odio racial eficiente en los EE.UU. Igual que "Días del futuro pasado", que tiene el rollo nazi con los centinelas y los campos de concentración llenos de mutantes. Claremont, te toca hacer algo con el mundo gay entre mutantes (igual ya lo ha hecho, qué fue de Coloso??…)
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