domingo, 13 de abril de 2014

[Reseña] ALL*STAR BATMAN & ROBIN (Frank Miller / Jim Lee)

Éste es el Año del Murciélago. Batman cumple 75 años o más bien es el aniversario de la primera vez que el Caballero Oscuro salió publicado en las páginas del número 27 de Detective Comics, cómic book editado por National Publishing y que luego tomaría las iniciales de ésta publicación para denominarse DC Comics.
La década de 2000 fue una etapa convulsa en la editorial americana, ante el empuje de Marvel con las renovaciones de planteamientos, historias y personajes que estaban realizando con su línea Ultimate, DC no sabía muy bien cómo responder. Se sacó de la manga una serie centrada en sus dos personajes fetiche, Superman y Batman bajo el pre-título All Star, pretendiendo dar un nuevo enfoque a unos personajes que se hallaban bajo el yugo maldito de la continuidad. Luego sacó la línea Tierra Uno y la renovación que ha supuesto el universo New 52, pero esa es otra historia.

Las andanzas de Superman en ésta línea cayó en las afortunadas manos de Gran Morrison y Frank Quitely, que plantearon un argumento con tintes clásicos que recibió multitud de alabanzas y críticas positivas encumbrándola como uno de los títulos indispensables del personaje. Para Batman se encargó a un tándem de auténtico lujo; Frank Miller (el hombre que renovó el concepto de cómics en los ochenta, con su Batman: Año Uno y The Dark Knight Returns) y Jim Lee (dibujante estrella que ha devuelto a DC la gloria pasada).
En All Star Batman y Robin encontramos al Frank Miller más desatado, algunos podrían pensar incluso que al autor se le ha ido la olla completamente (algo de verdad debe haber porque a este hombre ya no hay quien le tosa). El Batman presentado aquí es un personaje que ya ha pasado sus límites, un hombre profundamente inestable y que raya en la psicopatía más extrema que ríete tú del Joker (si no fuera porque el Joker de ésta versión ya es para encerrarse uno y tirar la llave). Batman está loco, y enfoca esa locura en acabar con el crimen del modo más expeditivo y doloroso posible. No llega a matar, por no romper esa esencia tan americana de que los héroes no matan, pero sinceramente, mejor hubiera sido matar a sus rivales que quedarles como les queda. Sin embargo, en una ciudad corrupta como Gotham, donde la violencia campa a sus anchas, éste es el Batman que se necesita. Una suerte de Harry el Sucio con máscara que acabe con el problema de raíz y a lo duro.

El co-protagonista de la obra y centro de la trama es Dick Grayson, un joven huérfano al que Bruce Wayne toma bajo su protección y que tiene también ese aura oscura que Batman potencia sacando toda la mala leche del jovencito hasta convertirle en un Robin al que ni se te ocurriría cuestionarle lo ridículos que son los calzones que lleva.

Miller realiza en esta obra una deconstrucción del mito del héroe como personaje impoluto y que deja llevarse por sus pasiones más bajas. El Batman representado aquí es un individuo al límite de sus capacidades morales, emocionalmente inestable y al que el ejercicio de la violencia supone un revulsivo importante en su vida hasta el punto que es lo que le mantiene y sustenta. Un planteamiento que no fue muy entendido en el momento de su publicación y que trajo exacerbadas e incluso malintencionadas críticas denostando la obra y cuestionando las capacidades de Miller que, si bien éste título no se encuentra a la altura de Batman: Año Uno o The Dark Knight Returns, tampoco es su intención.
Mención aparte merece la aportación de Jim Lee en uno de sus mejores trabajos gráficos. El dibujante sigue la estela planteada en Batman: Silencio, mejorando incluso el planteamiento y desarrollo de la página con multitud de detalles, grandes viñetas y splash pages que convierten a éste cómic en un auténtico blockbuster. Con un gran diseño de los personajes femeninos (atentos a la aparición de Vicky Vale y, sobre todo, de Canario Negro, un deleite visual) y un Batman granítico, con barba de cuatro días tras la máscara y aspecto duro, al que no le pedirías ni la hora.
Una de las escenas de este tebeo, define por sí misma el carácter sarcástico con que Frank Miller se enfrentó a esta obra. Batman y Robin llevan a Green Lantern a un apartamento todo pintado de amarillo (la debilidad del guardián galáctico), en la que incluso, el dúo dinámico viste trajes de éste color. Todo preparado para dar una paliza al vigilante esmeralda, con toda la mala saña del mundo y en la que tiene una participación muy activa el joven Dick Grayson. La desmedida y violenta intervención de Robin termina de unirlo a Batman, convirtiéndose así en su pupilo. En este capítulo, Miller se burla de la Edad de Plata del cómic americano, con sus puntos débiles ridículos y nos muestra una relación de hermanos unidos por la violencia.
All Star Batman & Robin es un título que recibió múltiples varapalos de todos los sectores del mundillo del cómic, incluso del aficionado lector. Pero que merece una sosegada lectura por la crítica que hace del concepto tradicional del superhéroe y por el divertimento que supone el planteamiento mostrado por Miller y las estupendas planchas de un Jim Lee en estado de gracia.


2 comentarios:

Ángel García Nieto (Artbytito) dijo...

Casi de acuerdo en todo. Jim Lee aquí de sale. A Miller no le trago ya.... Son demasiadas decepciones. Encima me compré el tomo de Planeta que ni siquiera tiene los 10 números. Para echarse a llorar.
Es un cómic digno de tenerle, pero ni siquiera la hace sombra al Batman "Hush". El guión aquí es malísimo, mientras que en el otro la conjunción es perfecta.

Jesús Bravo dijo...

Lo que tiene Miller es que se le ha divinizado demasiado y que él mismo ya se cree su propio personaje y eso le ha convertido en una sombra de lo que era... Aún en su etapa más baja, Miller sigue creando polémica... y eso le da vidilla al medio.