domingo, 15 de febrero de 2015

[Reseña] LA MUERTE DE SUPERMAN (Super Squad). I de II

Nota inicial: Debido a la longitud de ésta reseña, he decidido dividirla en dos partes. Comenzamos con la primera de ellas.

Hay veces que los cómics trascienden de los límites de las viñetas y se convierten en una noticia de alcance mundial. Un evento que llena portadas de periódicos y es titular principal en todos los medios de comunicación.


En 1993 los telediarios de todo el mundo comentaban y se hacían eco de un acontecimiento que marcaría un antes y un después en el cómic. La Muerte de Superman.

El alcance del evento sorprendió incluso a sus propios creadores, el Super Squad, ese grupo de guionistas, editores, dibujantes y entintadores que por entonces conformaban el equipo artístico de las diferentes colecciones de Superman (Action Comics, Superman, Man of Steel y Adventures of Superman), pero era indudable que precisamente ese era el efecto que querían conseguir.

Como cada año, todo este grupo de artistas, se reunían en un lugar idílico (en éste caso, la soleada Florida) donde perfilaban y planificaban la línea argumental y los diferentes arcos que conformarían el destino del Hombre de Acero y sus series durante el año siguiente (entre jaipiriñas y paradisíacas playas).

En realidad la idea de La Muerte de Superman fue fruto de la causalidad. Ese año se pretendía narrar la boda de Clark Kent y Lois Lane (un acontecimiento igualmente grande, habida cuenta que Superman y Lois llevaban más de 50 años de noviazgo y ya tocaba pasar por vicaría). El caso es que por aquella época comenzó a emitirse una serie que hacía precisamente un enfoque sobre esta pareja y su relación romántica; Lois & Clark, las nuevas aventuras de Superman y los productores de la serie (recordad que Warner es propietaria de DC Cómics) querían tratar ese evento con prioridad. Como el que paga, ordena y manda, el Super Equipo tuvo que guardar en un cajón todas las ideas, bocetos y guiones que tenían preparado para contar las vicisitudes de la super pareja hasta llegar al altar (la boda en los cómics tuvo que esperar hasta 1997).

Así que estaban como al principio, sin una idea potente que mostrar para tener ocupado todo un año de publicaciones, con cuatro colecciones mensuales que llenar.


Entonces Jerry Ordway, uno de los nuevos valores surgidos tras el reinicio del personaje realizado por John Byrne en 1986 con la miniserie Man of Steel, dijo medio en broma “¿Por qué no lo matamos?”. Todos le miraron sorprendidos y jocosos, hasta que Mike Carlin  (editor por entonces de las colecciones supermaneras) respondió “Vale, lo matamos… ¿y luego qué?"


A partir de este momento el Super Equipo se puso manos a la obra, decidiendo que la muerte de Superman no sería el final, si no el principio de una historia más grande. Una historia que atraería la atención de los medios y los lectores de nuevo a los cómics y al Hombre de Acero en particular.

Aunque el personaje había recuperado cierto éxito con la mencionada Man of Steel de John Byrne. Superman seguía estancado en las ventas y a los ojos de los lectores, como un personaje que no evolucionaba con los tiempos. Era hora de que el icono que había creado todo un género volviese a marcar tendencia y se posicionase de nuevo en los primeros puestos.

FIN DE LA PRIMERA PARTE...

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