domingo, 17 de noviembre de 2013

[Reseña] NICK FURIA CONTRA SHIELD (Bob Harras/Paul Neary)

     Hay una serie de títulos en mi tebeoteca particular sobre la que regularmente cae una relectura autoimpuesta. Una especie de reencuentro con personajes e historias que me cautivaron en su primera lectura y sobre la que vuelvo repetidas veces para recrearme en las sensaciones que me provocaron aquella primera vez, con la posibilidad de encontrar otras nuevas y ver que tal nos ha sentado el paso de tiempo, a mí como lector y a ellas como obra.

     Nick Furia contra SHIELD es una de las destacadas en esa selección de reiteradas relecturas.  Fue publicada como serie limitada de nueve números por la extinta Forum en 1989  y recientemente relanzada en un tomazo de la línea Marvel Gold de Panini.

     Nick Furia comenzó como personaje en un entorno bélico definido, la Segunda Guerra Mundial, al frente de una unidad de operaciones especiales, dentro de la colección Sgt. Fury and his Howling Commandos en 1963, que se dedicaba a sabotear y frustrar los planes nazis. Un par de años después debutó en Strange Tales #135, en un entorno más actual y como coronel de la CIA, al que nombran director de SHIELD, la agencia de espionaje creada por  Marvel para aprovecharse del tirón que tenían las películas de James Bond en la época. La etapa de Jim Steranko al frente de la serie Nick Fury agent of SHIELD ha sido de las más aplaudidas y reconocidas dentro de la historia del cómic, pero la colección no tuvo grandes ventas y no pasó de la década de los 60. El personaje continuó deambulando como secundario de lujo en la mayoría de las colecciones de la Casa de las Ideas, hasta que a finales de los 80 le llegó una nueva oportunidad con esta serie limitada.

     Nick Furia contra SHIELD no deja de ser una historia de desencuentros, de decepciones, de vida frustrada en pos de un proyecto en el que crees y que ves que desaparece entre tus manos. El argumento comienza con una poderosa agencia de espionaje, tecnológicamente avanzada y toda esa parafernalia sci-fi de armas y vehículos imprescindibles para salvar el mundo, llena de agentes consagrados a SHIELD por encima de lo demás. Pero Nick Furia descubre que la agencia que él mismo se encargó de diseñar y remodelar, a la que consagró los mejores años de su vida, está corrupta. Poco a poco va descubriendo los oscuros tejemanejes del Consejo (el órgano superior ante el que el director responde) y cómo SHIELD e HYDRA están más relacionadas de lo que creía, por encima del enfrentamiento común que han tenido durante años. A partir de ahí Nick Furia se convierte en un proscrito, perseguido por los suyos y sus enemigos, traicionado por aquellos que consideraba más que amigos, familia. Pero lo que no te mata te hace más fuerte, y tras recibir duros golpes tanto físicos como emocionales, el coronel saca tesón y fuerza para responder, buscando aliados entre los más insignificantes de su agencia y alguno de los acérrimos enemigos a los que se enfrentó en el pasado.

     Bob Harras ejecuta aquí un elaborado guión, lleno de intrigas, giros inesperados, misterio, acción y espionaje de alto nivel. Una historia que lleva al coronel Furia a recorrer medio mundo para buscar la verdad acerca de SHIELD y enfrentarse a la maquiavélica mente que ha ejecutado un plan supremo para dominar el mundo, usando su organización como herramienta para conseguir tal fin. Además cuenta con la primera aparición de Alexander Pierce, un analista de segunda que ayudará a Furia en su misión y que estará interpretado por Robert Redford en la próxima Capitán América. El soldado de invierno.

    Paul Neary aporta la parte gráfica, con un estilo académico, poco definido estilosamente y que bebe de las anteriores recreaciones del personaje, sobre todo la etapa Steranko, pero que se mueve aceptablemente en un entorno de lleno de alta tecnología, ilustrando algunas escenas (como la de las cloacas) muy satisfactoriamente. Aunque parece irse diluyendo poco a poco, sobre todo en los últimos números, donde se nota ya cierta dejadez o cansancio en varias páginas.

     Un tebeo que fue un completo éxito en su época. Lleno de adelantos científicos que ahora están en boga. Todo ese asunto de los clones y la vida sucesiva a través de recreaciones físicas de nosotros mismos e implantes memorísticos de nuestros recuerdos fue muy impactante en su momento. Una gran obra que seguro en un futuro cercano volveré a retomar.


2 comentarios:

Ángel García Nieto (Artbytito) dijo...

Éste no me le puedo perder!
Gracias Jesús.

Jesús Bravo dijo...

No deberías, Ángel... por suerte salió reeditado hace un año por Panini