Que Lobezno es uno de
los personajes más populares del mundo del cómic, desde su aparición en The
Incredible Hulk #180, es por todos bien sabido. Su carisma y fuerte
personalidad pronto eclipsaron al resto de los X-Men y relegó a Cíclope a un
segundo plano.
En estos 40 años de
vida del personaje hemos asistido a distintos momentos en su biografía. Hemos
descubierto cómo consiguió sus garras de adamantium y cómo su poder
regenerativo no sólo curaba heridas imposibles, sino que ralentizaba su vejez.
Descubrimos que Lobezno es en realidad James Howlett, que nació en Alberta,
Canadá, a mediados del siglo XIX y que cuando sufre un trauma físico
especialmente grave, despierta con muy mal café.
Lobezno. El viejo Logan
nos lleva 50 años al futuro. Refleja un mundo post-apocalíptico en el que los
superhéroes han desaparecido tras la confrontación final contra una asombrosa
alianza de villanos que se han hecho con el control del mundo, ejem… ejem… de
Estados Unidos y se han repartido los territorios como si de una tarta de queso
se tratase. Quedando los restos de una tierra desolada y sin gobierno… Bajo las
directrices del maloso de turno y sus secuaces.
Encontramos a Logan
recluido en una granja californiana, con mujer y dos hijos adolescentes.
Ensimismado por un sentimiento de culpa que le llevó al autoexilio por el
recuerdo traumático de una trágico acontecimiento que le marcó durante la
guerra de los superhéroes contra los villanos. Logan ya no es el mismo, la
culpa le corroe y le ha anulado como individuo. El dueño de las tierras en las
que malviven Logan y familia, es un malvado Bruce Banner, quien, tras una
relación incestuosa con su prima Hulka, ha creado una familia endogámica de
seres brutales que explotan hasta la extenuación a tono aquel que vive en sus
dominios. Logan no puede hacer frente a los pagos que le exigen los hulkitos y
éstos le dan una prorroga que, en caso de incumplirla, traerá terribles
consecuencias.
En éstas hace su
aparición Ojo de Halcón, ya viejo e invidente (esto es un decir, porque
Daredevil a su lado es un alfeñique) que quiere recuperar viejos recuerdos en
una aventura que les llevará a recorrer toda Norteamérica de oeste a este.
Lobezno se ve en la tesitura de aceptar el trabajo que le propone su antiguo
colega, transportar una valiosa mercancía que le permitirá agenciarse una
sustanciosa suma para poder pagar a los Hulks.
A partir de aquí
comienza una road movie típica a lo Mad Max, que nos muestra el recorrido
realizado por ambos viejetes a través de una América desolada, donde se va
mostrando que ha ocurrido con los superhéroes y las consecuencias que su caída
trajo para el mundo. Cada etapa es un enfrentamiento con los distintos villanos
que se han hecho con el poder. Hasta que finalmente, Lobezno encuentra una excusa
para sacar toda su mala leche a la luz y que resurja la fiera que lleva
conteniendo desde hace más de cincuenta años.
Mark Millar (Civil War,
Kick Ass) es un guionista sobrado de talento y que nos ha regalado algunos de
los mejores arcos argumentales de la Casa de las Ideas. Su Civil War cambió el
Universo Marvel y tuvo repercusiones en todas las colecciones de la editorial,
así como un amplio seguimiento externo de los medios de comunicación,
al crear una crítica de la política y la sociedad estadounidense post 11-S, a
través de un enfrentamiento fratricida entre superhéroes.
En ésta ocasión, se
ciñe a un argumento típico, lleno de estereotipos prontamente reconocibles y
que bebe de planteamientos ya reflejados anteriormente que, sin embargo, mezcla
con soltura para narrarnos una historia lineal en la que Lobezno recorre unos
desolados Estados Unidos para encontrarse a sí mismo, aceptar su pasado y sacar
su verdadera naturaleza. Todo ello regado de escenas de acción, violencia
explícita y sangre a raudales.
El arte corre a cargo
de Steve McNiven (Civil War, New Avengers), que nos muestra un mundo oscuro y
acabado, con un estilo gráfico acorde a la historia que se nos narra y que dibuja
unos personajes que, aunque están en el ocaso de sus vidas, se mantienen
fuertes y resolutos.
5 comentarios:
Coincido con la valoración de Jesús. Cuando salió publicado, no paraba de escuchar alabanzas de este cómic. Y caí, de nuevo, en la compra de un título pijamero. Dinero tirado por la historia y por el dibujo (McNiven solo acierta en torsos y caras, deformándose en los cuerpos enteros). El rostro de Alan Moore se me aparece cada vez que pico en este género...
El título es entretenido, aunque no una obra maestra. A los que nos gusta el "Mainstream", lo pasamos bien con éstas cosas, dejando un poco de lado, muchos "desperfectos" o cosas típicas.
Por mi parte defiendo este tebeo, al igual que otro del mismo autor "Nemesis".
Desde luego tiene muchas "cagadas", pero en autores como estos que publican tantísimo es normal...
Sin Perdón... no lo digo con segundas... si no por la peli que fusila éste cómic... y el rostro de Lobezno con la cara de Clint Eastwood. Aún así, entretiene... que no es poco.
Totalmente de acuerdo, es una mezcla rara de western y road movie, con un final predecible desde la primera página....lo único bueno que tiene es el momentazo en que cráneo rojo acaba con el capitán América,...aunque no se quien habrá permitido semejante cagada, teniendo en cuenta lo que sucede en la civil war.......para pasar el rato.
bueno, a mi personalmente me ha hecho pasar un buen rato, que como dice jesus no es poco....el problema que le veo a este comic es la falta de originalidad: es una mezclija entre un western, un guión sacado de una road movie, una peli de desastres naturales y otra de apocalipsis (metemos en una batidora la mencionada "sin perdon", "mad Max", "el descenso", "limite 48 horas",..., le añadimos un final absolutamente predecible plagado de venganzas, y acabamos con una puesta de sol como los comics de luky luke"....pero bueno, cosas peores hemos leido!
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